(Forma parte del libro que hice y registré en la Secretaria de Educación Pública, y no se ha impreso).
Les comparto la información a los interesados en el tema.
LOS METEORITOS DE ZACATECAS
Por Bernardo del Hoyo Calzada
Zacatecas, Zac. 2013
Los Meteoritos de
Zacatecas.
Son muchos los meteoritos que han caído en
suelo Zacatecano, algunos como el del pasado día 22 de febrero del año de 2011,
que causó un gran estruendo, y se rumoraba que fue por Ojocaliente, Zac.,
incluso en las noticias, decían primero que fue la explosión de una mina, cerca
de Milagros, Ojocaliente, Zac., y dieron por descartado que se tratase de un
Meteorito. Luego en otro medio de comunicación en la ciudad de México al día
siguiente, presentaron el video de la explosión del meteorito en el aire, y su
trayectoria en territorio Zacatecano, visto desde el Estado de Jalisco., y ya
dijeron por fin en las noticias de Zacatecas, que siempre si era un meteorito.
Yo fui a investigar, y uno de los testigos del avistamiento del meteorito, el
Sr. Gregorio Rodríguez Ramos[1],
de la Estancia de Animas dijo que fue entre San Nicolás y la Estancia de
Animas, allá por Cerritos Prietos, rumbo a Villa González Ortega, Zac., y que
finalmente siguió su ruta hacia el Estado de San Luis Potosí. Total, la
explosión se escuchó en una gran zona geográfica del Estado de Zacatecas, pero la explosión del bólido nunca se definió
donde exactamente fue, y aún no se han encontrado los meteoritos.
Un aficionado en el
estado de Jalisco captó el momento en que el meteorito del día 22 de febrero de
2011 pasó por territorio zacatecano.
Así cada año hemos visto caer,
explotar, y atravesar, tanto de día como de noche, meteoritos en todo el mundo.
Cuando era niño, vivía en la ciudad de Guadalajara, Jal., y recuerdo que varias
veces cuando se anunciaba que iba a haber “Lluvia de Estrellas”, mi madre Celia
Calzada Meléndez de del Hoyo, nos avisaba para que fuéramos a la azotea de la
casa a contemplar ese espectáculo nocturno, y mis hermanos y yo, subíamos con
cobijas y almohadas para pasar la noche en la azotea, en esa ciudad no hacia tanto
frio como en esta ciudad de Zacatecas, algunas veces nos tocaba ver bastantes
estrellas fugaces que atravesaban el cielo y luego desaparecían. La ciudad no era grande como ahora, tenía
menos de un millón de habitantes, ahora tiene más de ocho millones.
Lluvia de estrellas.
(Fotos de Internet).
Esta
espectacular imagen fue tomada en el Cabo de Creus, en la punta noreste de la
Península Iberica, y nos muestra el mar Mediterráneo bajo la lluvia de
estrellas de las Leónidas de 2002. (Las Leonidas y Leica). Esta imagen es una
composición de treinta exposiciones de
un minuto, captadas con una lente de ojo de pez. Mas de 70 meteoros son
visibles en la fotografía, algunos de ellos practicamente de frente. El
brillante Jupiter se puede obserbar justo a la derecha del centro del radiante
de la lluvia de meteoros, en Leo. Encaramada a las rocas iluminadas por la
luna, debajo de la derecha, vemos a Leica, la perra del fotógrafo, que parece
estar tambien contemplando espectaculo celeste, añadiendo un elemento
surrealista a la escena. © 2002. J. C. Casado &. I. Graboleda.
WWW.skylook.net.
Al fotografiar un
cometa apareció un meteorito. (Fotos de
Internet).
En el mes de marzo
de 1996 realicé varias tomas fotográficas del cometa Hyakutake con mi cámara
Rolleij 35 T, con diferentes tiempos de exposición; en mi casa y en el campo
fuera de la ciudad de Guadalupe, Zac., en algunas se puede ver el tejaban de la
casa donde vivía y en otra los cables de electricidad, y las dos últimas el
cerro cercano a Sauceda de la Borda, tratando de alejarme de la luz de la
ciudad.
En 1970 mis padres nos trajeron a mis
hermanos y a mí a vivir a la ciudad de Zacatecas, donde cursé el tercer año de
Secundaria, y al año siguiente ingresaría a la Preparatoria de la Universidad
Autónoma de Zacatecas, y tenía que decidirme que bachillerato iba a cursar, y
decidí como lo tenía ya contemplado desde que vivía en Guadalajara, que iba a
ser Ingeniero Químico, y estudié el bachillerato de Ciencias Físico - Matemático,
y al ingresar a la preparatoria decidí cambiar mi afición de coleccionar
postales, por la del fascinante mundo de las piedras, de las rocas, minerales,
meteoritos y fósiles, ya que en esta dicha ciudad encontraría bastantes
minerales, y cuando ya hube explorado los cerros cercanos, mi padre me llevó al
campo, a buscar ópalos, y otros minerales no metálicos, de los que también abundan en este Estado de
Zacatecas.
En una ocasión mi papá don Carlos del
Hoyo Cabrera me llevó a visitar a un lapidario llamado don Pascual López Garza,
alias “don Pascualito”, de un rancho
llamado Colonia Hidalgo, en el municipio de Ojocaliente, Zacatecas, y a éste
señor le pedí que me llavera a buscar puntas de flechas, llamados “chuzos”, al
cerro cercano de donde él vivía, y después en su casa me dio un pequeño
meteorito que él había encontrado, en el lugar donde anteriormente habíamos
buscado las puntas de flechas o chuzillos, como le llaman en estos lugares a
estos artefactos. Y tiempo después me
llevo al sitio a buscar meteoritos sin éxito alguno y me marco el sitio donde
lo había encontrado. El meteorito que me dio don Pascualito ya no lo tengo, lo
preste para que me lo analizaran y me dijeron que no eran meteoritos y jamás me
lo regresaron, junto con otros que me habían obsequiado mis amigos de la Zona
del Silencio, Durango.
Don Pascualito que
se encontró un pequeño meteorito cerca de la Colonia Hidalgo, Ojo caliente,
Zac., marca el sitio de una cata de mina para un denuncio, era lapidario.
Pronto tuve noticias por algún periódico,
por unos amigos y por mi padre el dicho don Carlos del Hoyo Cabrera, que se
había descubierto recientemente la famosa “Zona del Silencio”, en Ceballos,
Durango, al norte de Torreón, Coahuila, de la que obtuve para mi colección
algunos otros pedazos o pequeños meteoritos para ampliar mi colección, sabía
que cualquier coleccionista debería de tener en su colección algún fragmento de
este bólido que había explotado en miles de meteoritos en el famoso valle.[2]
Don Carlos del Hoyo
Cabrera, en Zacatecas, enero de 1945.
Doña Celia Calzada Meléndez de del Hoyo. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada. Fotografías
coloreadas con tinta rebajada con agua por mi tío José David Soto Calzada.
Pero otra sorpresa entraría en mi mente
sobre los meteoritos, y fue mi madre Celia Calzada Meléndez de del Hoyo, que me
contó esta historia fascinante, que ocurrió allá en el Valle de Allende,
Chihuahua, a fines del siglo XIX, y viendo la dicha mi madre, que había
ampliado mi colección, ahora con meteoritos de la Zona del Silencio, me dijo
que en la casa de su abuela materna doña Carmen Maldonado, había caído un
meteorito como del tamaño de una pelota de futbol, y que como una bola de fuego
entró a la casa por el patio, que botó como una pelota, y que encontrando un
lugar donde no había loza o piedra de piso, se aposentó. Que poco tiempo
después, ya que habían caído varios pedazos del bólido en ese Valle, pasaron
algunos científicos a recoger el meteorito y se lo llevaron para estudiarlo,
como hicieron estos científicos en varias partes de la República Mexicana esto
sucedió a fines del siglo XIX, por el año de 1896. Y hasta ahora no he sabido
nada de este meteorito, que, creo se fue a los Estados Unidos.
Mi bisabuela fue la que vio caer el
meteorito en su casa, y se lo debió de haber contado a mi mamá, no sé si los
científicos tomarían datos sobre la caída del meteoro, solo sé que se lo
llevaron, pero no me dijo mi madre a dónde, espero algún día saber su paradero.
Genealogía
de la familia Calzada Meléndez.
Mi madre Celia nació en Hidalgo del Parral,
Chihuahua, el 26 de Diciembre de 1926, hija del Ingeniero Mecanico Electricista
don Inocencio Calzada Díaz de León, y de la Señora María Ismael Meléndez
Maldonado, él originario de esta dicha Ciudad de Zacatecas, y como era Ingeniero
Mecánico Electricista, lo mandaron a
trabajar a Parral, Chihuahua, en el Camino Real de Tierra Adentro, donde
conoció a mi abuela doña María Ismael Meléndez, que nació en la hacienda de San
Diego de Corralejo, jurisdicción del Valle de Allende, Chih., el día 29 de
Noviembre de 1906. Hija de Feliciano Meléndez y Carmen Maldonado, originarios
del Pueblito de Allende, Chih., él nació el 20 de Octubre de 1872.
En la hacienda de
Corralejo en la Boda de mis abuelos Inocencio Calzada Díaz de León y María
Ismael Meléndez Maldonado. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Ruinas de la Capilla
de la antigua Hacienda de Corralejo, hoy Estación Dorado, Valle de Allende,
donde cayó un meteorito en el siglo XIX. En donde están los pinos se encuentra
la nueva Capilla y ahí hay una escultura de San Isidro Labrador que donó al
templo mi bisabuela Carmen Maldonado. Foto: Bernardo del Hoyo Calzada.
Feliciano Meléndez era hijo de Onofre
Meléndez y Lucia Granados casados en 1857, él originario del Pueblito de
Allende, Chih., hijo de Francisco Meléndez y de Regina Maldonado, Y ella
originaria de Molineros, hija de Florentino Granados y Lazara Carrasco.
Doña Carmen Maldonado era hija de don
Ignacio Maldonado e Ismaela Meléndez, casados en la Villa de Allende el 9 de
febrero de 1854, él nació en la hacienda de San Diego de Corralejo, hijo de don
Simón Maldonado y Carmen Calderón, casados en la Parroquia del Valle de San
Bartolomé, hoy Valle de Allende, Chih., el 7 de noviembre de 1812, hijo de
Roberto Maldonado y Rita Acosta, y ella hija de José María Calderón y Juana
María Pérez. Ismaela Meléndez nació en el Pueblito de Allende, Chih., hija de
Don Benedicto Meléndez y Juana Carrasco[3].
El único Santo que tiene el Estado de
Chihuahua es San Pedro Maldonado Lucero, él nació en la ciudad de Chihuahua el
15 de junio de 1892, y bautizado el 29 de junio de ese año, hijo de Apolinar
Maldonado Meléndez, del Valle de Allende, Chih., y de Micaela Lucero Minjares,
originaria de Hidalgo del Parral, Chih., el hijo de Simón Maldonado y Petra Meléndez,
y ella hija de Antonio Lucero y Antonia Minjares[4].
Y por lo tanto don Simón debió de ser hijo de don Simón Maldonado y Carmen
Calderón, ya mencionados.
Feliciano
Melendez en un burro, retratado allá en su hacienda de San Diego de Corralejo,
Valle de Allende, Chih.
Doña Carmen Maldonado con sus hijas, la mas pequeña es mi
abuela materna, doña María Ismael Melendez Maldonado, en cuya casa cayó un
meteorito a fines del siglo XIX. Colección Bernardo del Hoyo Calzada.
San Pedro Maldonado Lucero. Tomada del libro “Los Martires
Mexicanos” de Joaquin Cardoso, S. J.
Segunda edicción. “Buena Prensa”. Donceles 99-A. Apartado 2181. Mexico
1. D. F. 1953. Pag. 418.
San Pedro Maldonado Lucero.
Mi madre me platicaba que a su tío San
Pedro Maldonado, que era primo de mi abuela materna doña María Ismael Meléndez
Maldonado, lo habían matado a palos o cachazos cerca de Chihuahua, mucho tiempo
antes que lo beatificaran, junto con los mártires de varias partes de la
Republica, entre ellos a San Mateo Correa Magallanes de Tepechitlán, Zac.
Celia Calzada
Meléndez, Carmen Maldonado y María Ismael Meléndez Maldonado, en México. D. F.
Julio 4 de 1947. (Mi mamá, mi bisabuela y mi abuela). Col. Bernardo del Hoyo
Calzada.
Los
Meteoritos de Chihuahua.
También mis padres me platicaron que en el
Palacio de Minería de la Ciudad de México se exhibían varios grandes
meteoritos, y que algunos eran del Valle de Allende, y uno de Zacatecas, y en
una ocación que fui con mi padre a México me llevó al Palcio de Minería, aún
cuando no me dedicara a la historia. Más tarde en una visita al museo de
Guadalajara, encontré una reproducción en fibra de vidrio del Meteorito de
Zacatecas.[5]
Meteorito de
Zacatecas, replica en el Museo de Guadalajara, Jal., fotografía de Bernardo del
Hoyo Calzada.
En un artículo bien documentado sobre los
meteoritos en Chihuahua, aparece la fecha de que en 1896 cayó un meteorito en
el Valle de Allende, Chih., que coincide con el meteorito que cayó en la casa
de mis antepasados allá en el dicho Valle de Allende, aquí el documento
completo:
Cumple Meteorito de Valle de Allende 115 años
“Chihuahua conmemora el 115 aniversario del primer
hallazgo de uno de los meteoritos más grandes
del País, que a la par con otros trece fueron trasladados a otros sitios
del territorio nacional o incluso hacia los Estados Unidos.
Nuestra
entidad se caracteriza por ser una de las zonas con gran cantidad de hallazgos
de aerolitos desde el siglo XIX a la fecha, sin embargo tan solo uno de ellos
fue colocado en una exposición en el municipio de Allende; mientras que los
demás fueron llevados a la ciudad de México o inclusive en la Unión Americana.
Cabe señalar
que un meteorito es un cuerpo celeste que llega a la superficie de un planeta
al no poderse desintegrar por completo en la atmosfera y la luminosidad que
deja a su paso se denomina meteoro; mientras que se denominan bólidos a todos
aquellos meteoros cuya luminosidad es superior a la del Planeta Venus, con una
magnitud de menos cuatro.
El termino
meteoro proviene del griego “Meteoron” y significa un fenómeno en el cielo, con
un destello luminoso producido por la caída de la materia que existe en el
sistema solar sobre la atmosfera terrestre, a una altura aproximada de 80 y 110
kilómetros sobre la superficie de la tierra y que alcanza la superficie de la
tierra sin que se haya vaporizado completamente.
Los
meteoritos se clasifican en Pedregoso o Rocas, conformadas por minerales como
el silicato (Aerolito o Litito), como la Condrita o Acondrita, el Meteorito
Metálico, compuesto por hierro-níquel (Siderito) y el Meteorito Pedregoso
Metálico, compuesto por grandes cantidades de material metálico y rocoso (como
el Siderolito); mientras que los esquemas modernos se clasifican en grupos de
acuerdo a la estructura, composición química e isotópica y mineralógica.
Por lo que
cada hallazgo o caída de un meteorito se nombra con el lugar en donde fueron
encontrados como la ciudad más cercana o a cierta característica geográfica,
mientras que en los hallazgos múltiples se coloca el nombre del lugar, seguido
de un número o letra de identificación individual, como por ejemplo Allan Hills
84001 o Dimmitt (b); es decir que el caso de los meteoritos que son observados
y recuperados por algunas personas, se denominan “Caídas”, mientras que los que
se encuentran por casualidad se denominan hallazgos y hasta mediados del año 2006
se tenía un registro de 1050 caídas a nivel mundial y un total de 31,000
hallazgos de meteoritos documentados.
Entre los
antecedentes históricos refieren que de los aerolitos que han sido localizados
en territorio de la República Mexicana un total de 13 correspondieron al estado
de Chihuahua y se desglosan de la siguiente manera: el primero de ellos en la hacienda
de Chupaderos en el municipio de Allende, el cual cayó el 25 de noviembre de
1896, con un peso total de 14,114 kilogramos por lo que es considerado el más
grande del país y se encuentra colocado en el pórtico del Colegio de Minería en
la ciudad de México; el segundo de estos localizado en la hacienda de
Chupaderos del mismo municipio, con un peso total de 9,290 kilogramos, el
tercero en la hacienda de San Gregorio del mismo municipio, con un peso total
de 11,560 kilogramos y se encuentra en
el Colegio de Minería; el cuarto recogido en la hacienda de la Concepción en el
municipio de Allende con un peso total de 3,130 kilogramos y también llevado a
la ciudad de México.
A su vez se
localizó otro en el Tule y que de acuerdo al Ing. Muñoz Lumbier contenía el
noventa por ciento de hierro y nueve por
ciento de níquel y cobalto. Mientras que el Cuchillo Parado fue encontrado en
la sección municipal del mismo nombre, el de Casas Grandes recogido por Don
Henrique Müller en el municipio del mismo nombre, en donde lo trajo a la ciudad
de Chihuahua, en 1879 fue llevado a la exposición de Philadelphia y
actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Washington y pesa 1,554
kilogramos, el de Guerrero localizado a inmediaciones del Mineral de Huizopa,
en el municipio de Madera, su peso era de 108 kilogramos y estuvo algunos años
en la Exposición Minera Permanente de la ciudad de Chihuahua.
Mientras que
en Rancho Viejo se encontró en el rancho del mismo nombre en el municipio y
Distrito Judicial Guerrero del cual un pequeño fragmento estuvo depositado en
la misma exposición de Chihuahua; mientras que el de Piedra Pesada, encontrado
en las inmediaciones del Rancho de las Varas, el del mismo municipio de
Temósachic, fue colocado a un lado del camino carretero que conduce al Mineral
de Ocampo, en donde permaneció varios años, hasta que un angloamericano que
paso por allí se lo llevó y se ignora su paradero y otros más en Chihuahua,
recogidos en las inmediaciones de la ciudad capital y enviado por Don Mauro
Moya al Observatorio Nacional de Tacubaya, en el D. F., según mencionó el
historiador chihuahuense, Francisco R. Almada en el año de 1928. Posterior a
estos hallazgos en el año de 1969 se localizó el “Meteorito de Allende” en el
municipio con el mismo nombre, el cual fue analizado por expertos en la
materia, determinando que tenía 30 millones de años más que la tierra y se
colocó en una exposición especial en el municipio de Valle de Allende.
Regulación de los
Meteoritos y Aerolitos en México.
En el país
existe la regulación denominada “Ley General de Bienes Nacionales” en la cual
están sujetos al régimen de dominio público de la federación los bienes como
los meteoritos y aerolitos y todos los objetos minerales, metálicos pétreos o
de naturaleza mixta procedentes del espacio exterior caídos o recuperados en el
territorio mexicano en términos del reglamento respectivo; sin embargo la gran
mayoría de los aerolitos localizados en el estado de Chihuahua han sido
llevados a otros sitios, para su respectivo análisis y exposición o bien se
sujetaron ilegalmente de alguna exposiciones locales, para venderlos a grandes
museos o colecciones particulares en el extranjero, a pesar de ser considerados
Patrimonios Nacionales o Bienes Federales”.[6]
Meteorita de
“Chupaderos”. Clasificación según A. Brezina y J. F. Lovering: Holosiderita-
octaedrita fina a media. Peso 14,114 kilogramos. Localizada en Jiménez
Chihuahua. Fotografías: Bernardo del Hoyo Calzada.
Texto que se
encuentra en una placa en la entrada de la Escuela de Minas de la ciudad de
México, D. F.
“Las
meteoritas proceden de los espacios interplanetarios e nuestro Sistema Solar,
son atraídas por los campos gravitacional y magnético de la tierra; su
existencia en el espacio se atribuye a la destrucción de un supuesto planeta,
planetoide o satélite que gravitó entre Júpiter y Marte, zona en que los
asteroides abundan.
De Acuerdo a
una clasificación muy general, se les distingue como sideritas, lito sideritas,
aerolitas y tectitas. A su vez las primeras se subdividen en octaedritas,
hexaedritas y ataxitas.
Se
encuentran más de cincuenta especies de minerales en las meteoritas, repartidas
entre: nitratos, sulfatos, sulfuros, fosfuros, fosfatos, cloruros, ligas,
carbonatos, carburos, elementos óxidos y silicatos, acompañados de importantes
gases con características isotópicas. Los ejemplares que se exhiben, pertenecen
a la clasificación de sideritas, fueron instalados en este lugar en el siglo
XIX por el Ingeniero de Minas Don. Antonio del Castillo y poseen un gran valor
científico”.
En Zacatecas se ha publicado muy poco sobre
meteoritos, como los meteoritos de Chihuahua, que tienen un detallado historial
de cada uno de los meteoritos caídos en ese Estado. La única persona que ha
publicado hoy en día sobre meteoritos en Zacatecas, que aparece en internet o
en periódicos locales es Ciro Robles Berúmen. El presente trabajo pretende
hacer un acercamiento al estudio de los meteoritos caídos en el Estado de
Zacatecas.
En 1970
comencé a coleccionar rocas, minerales, fósiles y meteoritos.
Terminada mi carrera de Ingeniero Químico,
fui minero, no encontramos mi padre y yo la tan ansiada mina de ópalos, pero
gracias a mi hermano Luis Humberto del Hoyo Calzada, encontramos una mina de
mini- geodas en el municipio de Tabasco, Zac., y trabajé esa mina de 1977 a
1983.
Un día allá por el año de 1983 a 84, un
amigo que se dedicaba la compra venta de
piedras, ya fallecido, llamado Ernesto Peña, nos llevó; a un periodista francés
Pierre, a mi padre, a mi hermano Arturo, y a mí, con un huichol guía llamado “Tequilla”,
y su nombre cristiano es Guadalupe Hernández, a su lugar de origen, San Andrés
Cohamiata, en la Zona Huichola, y bajando a una de las barrancas del rio
Chapalangana, encontramos muchos pequeños meteoritos que salían de una capa
sedimentaria que Guadalupe Hernández, decía él, que recogía con un imán. Era a
mi modo de ver que en tiempos pasados (millones de años), un gran bólido
estalló en miles de pequeños fragmentos, de los que conservo algunos en mi
colección. Y muchos de estos meteoritos los usaba yo para ponerlos en las
colecciones de “Rocas Y Minerales de Zacatecas” que hacia cuando era artesano,
para las escuelas, con unas 20 o 24 variedades de piedras, y con su nombre,
para que los estudiantes fueran conociendo las rocas y los minerales que tiene
Zacatecas. Y el mismo Ernesto Peña tiempo después me regaló un meteorito más o
menos como del tamaño de un huevo de gallina, no muy pesado, algo parecido al
que me mostró años antes el famoso mineralogista Prof. Raúl Ortiz Asiaín, en
una visita que hice a México, y que me invito el Antropólogo Ing. Luis Bolland
Carrere, también ya fallecido, a comer a su casa y el cual también invitó a su
amigo el dicho mineralogista, que sacó de la bolsa un pequeño meteorito, y
dándomelo para que lo tuviera en las manos me preguntó, ¿que era?, y como no
era pesado, ya que sentía que esta hueco en su interior, le dije que no era
meteorito, porque no era pesado, lo cual me dijo que si lo era, era una
tectita, la que tengo parece hueca, es tan ligera como la que me mostró Ortiz
Asiaín.
Ernesto Peña y su
esposa doña Rosa, que me dio un meteorito y del que aprendí mucho sobre
rocas y minerales en México.
Mi padre don Carlos del Hoyo Cabrera, mi hermano Arturo
del Hoyo Calzada, y atrás Pierre, fotógrafo francés, en las barrancas del Rio
Chapalangana, donde cerca de ahí encontramos muchos pequeños meteoritos. Fotografías:
Bernardo del Hoyo Calzada.
Lugar donde
encontramos muchos pequeños meteoritos, en San Andrés Cohamiata, en la Zona
Huichola. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. Por los años de 1983-84.
Hoy en día con lo de internet, he
encontrado bastante información acerca de los meteoritos, aunque tenía ya algún
conocimiento de estos meteoritos gracias a los libros sobre rocas y minerales
que mi tío el historiador don Eugenio del Hoyo Cabrera y mi padre don Carlos
del Hoyo Cabrera me habían regalado, también encontré otra sorpresa en
internet, que en las escuelas de España, ya es común llevar a los alumnos a
buscar micro- meteoritos, ese polvo de las lluvias de estrellas o estrellas
errantes que diario caen sobre la tierra, en forma de pequeñas partículas, y
que he encontrado casi en todos los lugares que últimamente he visitado. Y dice
en el internet que se encuentran también en las azoteas de las casas, sobre
todo en las coladeras.
Cuando tenía la mina de geodas en Tabasco,
Zac., en los arroyos del cañón de Juchipila, Zac., encontraba ese polvo negro
metálico, que parecía mineral de plomo, y que siempre tuve curiosidad de saber
de dónde provenía, creía que de antiguos placeres en ese extenso cañón de
Juchipila, del que recogí ese polvo negro metálico, solo para coleccionarlo,
pero no sabía que se trataran de micro- meteoritos.
El
día 14 de agosto de 2010 fui a conocer la famosa “Zona del Silencio” y aunque
no encontramos al guía, porque no estaba, y lo que vimos fue el pequeño museo,
pero por fuera, porque estaba cerrado, decidimos explorar la Zona, y
encontramos algunos pequeños fragmentos, porque esta zona ha sido bastante
explorada, pero lo más interesante es que en un arroyo encontramos bastante
micro-meteoritos, que al recogerlos con un imán o magneto eran demasiados
calientes, que por el sol se habían calentado. En este viaje me acompañó Daniel Antonio Ramírez Trejo, Leonardo
de la Torre Berúmen, su hijo Leonardo Alfonso, de Jerez, Zac., y el pintor
Pablo Chávez Román, de Guadalupe, Zac., donde yo también radico, desde el año
de 1980.
Leonardo Alfonso de
la Torre Rodarte muestra el magneto o imán lleno de polvo meteórico en la Zona
del Silencio.
El pintor Pablo Chávez Román, Daniel Antonio Ramírez Trejo,
Leonardo de la Torre Berúmen y su hijo Leonardo Alfonso, en la Zona del
Silencio. Fotografías: Bernardo del Hoyo Calzada.
También, con mi compadre Leonardo de la
Torre y Berúmen y el biblotecario Armando González Quiñones, realicé en
diciembre del 2009, un viaje a Parral, Chihuahua; Armando quería saber sobre
Santa Barbará y sobre el Valle de San Bartolomé, hoy Valle de Allende, Chih., y
yo conocer Hidalgo del Parral, de la que mi madre me platicó muchas cosas de su
tierra natal, y el famoso Valle de Allende. Armando quería conocer una antigua hacienda
llamada San Gregorio, del que nos dijo que por unos documentos encontrados por
él, era el sitio más antiguo de Chihuahua, documentos del siglo XVI y XVII, y
yo, ya conocía sobre el famoso meteorito
que se encuentra en el Palacio de Minería de México, y conocimos las ruinas de
esa hacienda de San Gregorio, donde cerca de ese lugar llamado Morito se encontró el famoso Meteorito[7],
que está a 19 kilómetros de Estación Dorado (Estación de Ferrocarril), antigua
hacienda de San Diego de Corralejo, donde nació mi abuela materna, y en el
Valle de Allende visitamos a la historiadora Rita Soto, que nos mostró varios
meteoritos de aquel bólido que estalló en el aire, y que causó un gran
estruendo, fragmentándose en cientos de pequeños meteorito, y que mucha gente
aún recuerda ese día de 8 de Febrero de 1969. Es hoy en día el meteorito más
famoso del mundo por ser el meteorito más antiguo que la tierra. (Ver en Internet).
La hacienda de San
Gregorio, donde estuvo el Meteorito “el Morito” en el Valle de Allende, Chih. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
Y
meteorito “el Morito” que está en el palacio de Minería de la ciudad de México.
Clasificación según A. Brezina: holosiderita- octaédrica media. Peso: 10,100
kilogramos localizada en el Morito, Allende, Chihuahua. Fotografías: Bernardo
del Hoyo Calzada.
El bibliotecario e
historiador Armando González Quiñones en la capilla de lo que fuera la hacienda
de San Gregorio en el Valle de Allende, Chih., en cuya casa, en una esquina
estuvo el famoso meteorito “Morito”. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
Por medio de la historiadora supe sobre la
Sierra de Almoloya de la que tengo algunas fotografías de mis abuelos Inocencio
Calzada Díaz y María Ismael Meléndez, retratados en ese sitio en una mina donde
trabajo mi abuelo, y que es donde finalmente en 1969 cayeron los últimos restos
del famoso Meteorito de Allende, el más estudiado y más antiguo de los que han
caído sobre la tierra, y que estalló arriba del Pueblito de Allende, lugar
donde también vivieron mis antepasados.
Mi abuelo el Ing. Mecánico
Electricista don Inocencio Calzada Díaz, en la mina del Cigarrero, en los Placeres
de Almoloya, Valle de Allende, Chihuahua. En 1927. Colección: Bernardo del Hoyo
Calzada.
Trayectoria del
Meteorito de Allende, caído en 1969. (Se encuentra el plano en Internet).
Plano publicado en el libro: "200 años del Palcio de Minería", su historia a partir de fuentes documentales. en el articulo: "VIII. Las Piedras del Cielo en la Escuela Nacional de Ingenieros". Por Lucero Morelos Rodríguez, Posgrado en Historia, Facultad de Filosofia y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Pág. 466. (Agradesco a mi amiga Lucero Morelos, el proporcinarme su trabajo sobre las Meteoritas).
Detalle del Plano
publicado en el libro: "200 años del Palcio de Minería", su historia a
partir de fuentes documentales. en el articulo: "VIII. Las Piedras del
Cielo en la Escuela Nacional de Ingenieros". Por Lucero Morelos
Rodríguez, Posgrado en Historia, Facultad de Filosofia y Letras,
Universidad Nacional Autónoma de México.Pág. 466.
Plano
publicado en el libro: "200 años del Palcio de Minería", su historia a
partir de fuentes documentales. en el articulo: "VIII. Las Piedras del
Cielo en la Escuela Nacional de Ingenieros". Por Lucero Morelos
Rodríguez, Posgrado en Historia, Facultad de Filosofia y Letras,
Universidad Nacional Autónoma de México. Pág. 466.
Plano
publicado en el libro: "200 años del Palcio de Minería", su historia a
partir de fuentes documentales. en el articulo: "VIII. Las Piedras del
Cielo en la Escuela Nacional de Ingenieros". Por Lucero Morelos
Rodríguez, Posgrado en Historia, Facultad de Filosofia y Letras,
Universidad Nacional Autónoma de México.Pág. 466.
El meteorito de
Allende, de 1969.
El meteorito de Allende, de 1969.
También me mostró algunos meteoritos y me
dijo como conseguir un meteorito, del que yo quería tener uno aunque sea de
este famoso Meteorito de Allende, y me mando con un peluquero llamado don
Benedicto Navarrete E., que aún se encuentra en el internet, y me dio dos
pequeños meteoritos, que aún conservo en mi colección.
El Sr. Benedicto
Navarrete tiene en su peluquería varias fotos de meteoritos del Valle de
Allende, Chih., caidos en 1969 En la peluquería del Sr. don Benedicto Navarrete E., conserva una tarjeta
postal de un estadunidense comentándole sobre meteoritos. Fotografías: Bernardo
del Hoyo Calzada.
El Sr. Benedicto
Navarrete tiene en su peluquería varias fotos de meteoritos del Valle de
Allende, Chih. . Fotografías: Bernardo
del Hoyo Calzada.
Meteoritos de la caida del año de 1969, de la
historiadora Rita Soto, del Valle de Allende, Chih., fotografía: Bernardo del
Hoyo Calzada.
Conocí en esos días: San Gregorio, donde
estuvo el meteorito llamado Morito, San Diego de Corralejo, ahora Estación
Dorado, y las tierras que se habían perdido a causa de la inundación ocurrida
el 8 de septiembre de 1944, por eso la familia de mi mamá salió de Parral, para irse a vivir a esta Ciudad de Zacatecas,
donde se conocieron mis padres, y esas tierras de la que mi mamá me decía que
se habían perdido, por causa de la inundación, ahora tienen unos cultivos de nogales, más bien toda la
zona produce nuez. También conocí el Pueblito de Allende y por supuesto el
famoso Valle de Allende, el antiguo San Bartolomé. Conocí además a don
Benedicto Navarrete, que tiene fotos del meteorito de Allende en su peluquería.
Ahora con la ayuda de internet, puedo saber
que ese lugar del Valle de Allende, ha sido visitado por varios meteoritos en
distintas épocas, que es un lugar privilegiado por la naturaleza con la caída
de meteoritos, quizá más que la Zona del Silencio. Ambos considerados como
zonas magnéticas, por la caída constante de meteoritos.
Con la extinción de los dinosaurios, se sabe más acerca de los
grandes meteoritos que cayeron hace millones de años, y de los más de
doscientos impactos meteóricos que se
han encontrado en todo el planeta, y Zacatecas no fue la excepción.
En México solo se han observado las siete caídas siguientes:
1.- Noviembre 21 de 1804- Hacienda de Liocas, listado de San Luis
Potosí.
2.- Enero de 1844- Loma de la Cocina, Estado de Guanajuato.
3.- Junio 1865-Hacienda de Avilés, Estado de Durango.
4.- Junio 11 de 1878- Irapuato, Gto.
5.- Septiembre 17 de 1879- Toratlinln, Estado de Jalisco.
6.- Junio 18 de 1881- Pachuca, Hidalgo.
7.- Noviembre 27 de 1885- Mazapil, Estado de Zacatecas.
Con excepción del
meteorito de Mazapil, todos estos cuerpos eran de carácter pétreo. El meteorito
de Mazapil era de hierro y no pesaba más que ocho libras. De ninguno se
colectaron más de tres fragmentos. En el mismo lapso de tiempo hubo más
considerables y caídas más numerosas en las Islas Británicas que son más
pequeñas que México[8].
Por lo que respecta al meteorito de
Mazapil, nos dice Ciro Robles Berúmen:
“don Eulogio Mijares, campesino que vivió en
el rancho la Concepción, tuvo la oportunidad observar su caída.
Días después del acontecimiento,
en una conversación con José Árbol y Bonilla, director a la sazón del
Observatorio Astronómico, el señor Mijares le describió sus impresiones.
Escuchemos su relato:
“Cerca de las nueve de la noche me
dirigí al corral con el objeto de darles de comer a los caballos, cuando
repentinamente oí un fuerte chirrido semejante al que se produce al sumergir un
fierro enrojecido en el agua.
En ese instante se iluminó el
corral con una luz fosforescente, apareciendo suspendidas en el aire multitud
de chispas como las que se desprenden de un cohete. Aun no me había recobrado
del susto cuando desapareció la luz, quedando tan sólo sobre la tierra una
mancha luminosa".
Al año siguiente, el profesor
Árbol y Bonilla envió una muestra del meteorito y su descripción física al
profesor William Earl Hidden, para su análisis y registro respectivo, con la
siguiente comunicación:
"Para que Ud. pueda apreciar
mejor el interés científico que tiene, le anunciaré desde luego, que todo me
induce a creer que perteneció a un fragmento del cometa Biela-Gambert, perdido
desde 1852".
Por otro lado, en la revista científica La Naturaleza, a propósito de lo
anterior, el profesor Earl Hidden escribió:
"Tan grande es el interés de este meteorito, como lo comprueba su
historia, que he retardado anunciarlo hasta que la caída en ese lugar, me fue
plenamente demostrada".[9]
Libro de Astronomía Ilustrada de
Smith. De 1868, con un grabado de un telescopio. Colección: Bernardo del Hoyo
Calzada.
Grabados de cometas, aerolitas y
meteoros, del libro de Smith. 1868. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Texto extraído del
libro de Astronomía Ilustrada de Smith en 1868, y era lo que se les enseñaba en
las escuelas a los estudiantes, sobre meteoritos, este libro era de mi tío José
David Soto Calzada.
“Aerolitas,
Meteoros, &.
Preguntas. ¿Que son meteoros?
Respuesta.- Son cuerpos luminosos que se ve por la
noche como si fuesen disparados al través de los cielos.
P.- ¿Cómo se les llama de ordinario?
R.-Estrellas fulminantes, i a veces suelen llamarse
bolas de fuego.
P.- ¿Qué es una aerolita?
R.- Es una piedra que cae del aire.
P.- ¿Ha habido casos de piedras que caigan del aire?
R.- Sí han caído, i en gran número. (Véase la tabla.)
P.- ¿Cómo han explicado Laplace, Olbers i otros
astrónomos la caída de las piedras?
R.- Creían que eran lanzadas por volcanes de la luna
más allá de la atracción de aquel
planeta, i por consiguiente eran atraídas por la tierra.
P.- ¿Y qué razón daban de los meteoros?
R.- Crían que era materia gaseosa que se acumulaba en
las regiones superiores y tomaba fuego por razones desconocidas.
P.- ¿Cuál es la teoría actualmente recibida con
respecto a las aerolitas y meteoros?
R.-Los astrónomos creen que tienen el mismo origen.
P.- ¿Producen todos los meteoritos piedras que caen a
la tierra?
R.- No, muy pocos de ellos son suficientemente densos
para alcanzar la superficie de la tierra antes de consumirse.
P.- ¿Se originan estos meteoros en nuestra atmosfera?
R.- La mayor parte de ellos tienen su nacimiento mucho
más allá de ella.
P.- ¿Cuál es la teoría actual respecto de los
meteoros?
R.- Los astrónomos sostienen que las regiones
planetarias contienen porciones sueltas de materia caótica no condensada, y que
la tierra en su órbita se encuentra frecuentemente con masas semejantes.
P.- ¿Qué efecto se produciría por tal contacto?
R.- La materia en su paso por la atmosfera tomaría
fuego de repente y la porción gaseosa habría de consumirse, al paso que la
porción mineral, si la hubiese, se condensaría y precipitaría a la tierra en
forma de piedra.
P.- ¿Cuáles son los rasgos característicos peculiares
de las piedras meteóricas?
R.- Se componen de los mismos materiales y casi en las
mismas proporciones, y son distintos de toda otra combinación de minerales que
se hallan en la tierra.
P.- ¿Qué prueba esto?
R.- Prueba de una manera concluyente que todas tienen
un origen común.
P.- ¿Cuál ha sido el fenómeno meteórico más grandioso
de que se tenga conocimiento?
R.- El que ocurrió en las noches del 12 y 13 de
noviembre de 1833.
P.- ¿Cuál fue la altura de los meteoros en aquella
ocasión?
R.- El Profesor Olmstead dice que se hallaban por lo
menos a 2238 millas de elevación sobre la tierra.
Tabla.
Sustancia Lugar
Periodo.
Aguacero de piedras. En Roma. Bajo Julio Hostilio.
Aguacero de piedras. En Roma. Cónsules C. Marcio Y Torcuato.
Aguacero de hierro. En Lucania
Un año antes de la derrota de Craso.
Aguacero de mercurio. En Italia.
Gran piedra. Cerca del rio Negos, en Tracia. 2°año
de la 78° Olimpiada.
Tres grandes piedras. En Tracia. 452 años antes de Jesu-Cristo.
Aguacero de fuego. En Quesnoy. Enero 4, de 1717.
Piedra de 72 libras.
Cerca de Larissa,
Macedonia. Enero
de 1706.
Como 1200 piedras; una de
120 libras y otra de 60 libras. Cerca de Padua, Italia. En 1510.
Otra de 59 libras. En el Monte Vasier,
Provenza. Noviembre 27 de 1627.
Aguacero de arena por 15 horas. En el Atlántico. Abril 6 de 1719.
Aguacero de azufre. Sodoma y Gomorra.
Lluvia sulfurosa. En el Ducado de
Mansfield. En 1658.
Lo mismo.
Copenhague. En 1646.
Aguacero de azufre. Brunswick. Octubre
de 1721.
Aguacero de una materia
desconocida.
Irlanda. En 1695.
Dos grandes piedras de 20 libras de peso. Liponas, en Bresa. Septiembre de 1753.
Masa pedregosa. Niort, Normandía. En 1750.
Piedra de 7 ½ libras. Luce, en Le Maine. Septiembre 13 de 1768.
Piedra. Aire,
en Artois. En 1768.
Piedra.
En Le
Contentin. En 1768.
Gran aguacero de piedras. En los alrededores de Agen. Julio 24 de 1790.
Como 12 piedras Siena, Toscana. Julio de 1794.
Gran piedra de 56 libras. Wold Cottage, Yorkshire. Diciembre 13 de 1768.
Gran piedra de cerca de 20 libras. Sale, Departamento del
Ródano. Marzo 17 de 1768.
Piedra de 10 libras. En Portugal. Febrero 19 de 1796.
Aguacero de Piedras. Benares, Indias Orientales. Diciembre 19 de 1798.
Masa de hierro de 70 pies cúbicos. América. Abril 5 de 1800.
Masa de hierro de 14 quintales. Abakauk, Siberia. Mucho tiempo atrás.
Aguacero de piedras. Barboutan, cerca de Roquefort. Julio de 1789.
Aguacero de piedras.
En Plann, cerca de Tabor, Bohemia. Julio 3 de 1753.
Gran piedra de 260 libras. Ensisheim, Rin Superior. Noviembre 7 de 1492.
Dos piedras de 200 y 300 libras. Cerca de Verona. En 1762.
Piedra de 20 libras. Sules, cerca de Villa Franca. Marzo
12 de 1798.
Varias piedras de 10 a 17 libras. Cerca de I´Aigle, Normandía. Abril
de 1803.
Nota.
“Uno de los
casos de la tabla precedente es de suficiente interés para que merezca mención
especial.
Una singular relación respecto de la piedra de
Ensishenim (de la cual se reían en otro tiempo los filósofos con incredulidad,
considerándola como uno de los romances de la edad media), puede considerase
ahora como seria atención como pieza autentica histórica. Una narración harto
sencilla de su caída fue escrita en aquella época, de orden del emperador Maximiliano, y
depositada con la piedra en la iglesia. He aquí la tradición de ella: -«En el año del Señor 1492, siendo Miércoles y víspera de San
Martin, a 7 de Noviembre, ocurrió un milagro singular, porque a eso do las once
o doce del día se oyó un fuerte trueno y un ruido confuso prolongado que se
dejó oír a gran distancia; y cayó una piedra del aire en la jurisdicción de
Ensishenim, que pesaba doscientas sesenta libras, y el ruido confuso se hizo
sentir allí también aun masa estrepito que aquí. Entonces un niño la vio caer
en un campo de la jurisdicción superior, de la parte del Rin e Inn, no muy
lejos del distrito de Giscano, cuyo campo estaba sembrado de trigo y no le hizo
daño,- sin hablar del agujero que dejo hecho donde quiera que cayó; y luego la
removieron del lugar en donde yacía y la rompieron varios pedazos, lo cual fue
improbado por el landgrave. En seguida se dispuso que la colocasen en la Iglesia, con la intención, de
suspenderla como milagro, hecho lo cual acudió gran número la gente a ver la
piedra. Originándose, como era natural, varias conversaciones respecto de la
piedra, pero los eruditos decían que no sabían que era, porque estaba fuera de
las leyes de la naturaleza que piedra tan grande viniese a dar a la tierra
desde las alturas del espacio, pero que realmente aquel no podía ser sino un
milagro de Dios, porque antes de entonces jamás se había visto, ni oído ni
descrito cosa alguna que se asemejase. Cuando aquella piedra fue hallada, había
penetrado dentro de la tierra una profundidad de un estado, con lo cual todos
quedaron satisfechos de que la voluntad de Dios era que la piedra se
encontrase; y el ruido de ella se hizo oír tan recio en Lucerna, en Vitting y
en otros muchos lugares, que se creyó que las casa habían sido derribadas; y
como el Rey Maximiliano estuvo aquí el Lunes después del día de Santa Catalina
del mismo año, su Real Excelencia dio orden para que condujesen al castillo la
piedra de que se ha hablado, y después de haber conversado por algún tiempo con
los nobles sobre el particular, dijo que el pueblo de Ensishenim debía tomarla
y hacer que la colgasen en la Iglesia y que no dejasen a nadie cercenarle cosa
alguna. Su Excelencia, no obstante, tomo de ella dos pedazos, de los cuales uno
guardo para, sí y el otro se lo envió al Duque Segismundo de Austria: y se
habló mucho de esta piedra que suspendieron en el Coro, en donde todavía se
halla, y mucha gente vino a verla.»
Varios
escritores contemporáneos confirman la sustancia de esta narración y existe la
evidencia del hecho. Esta aerolita es precisamente idéntica en su composición
química a otras piedras meteóricas. Permaneció suspendida por tres siglos en la
iglesia, y luego fue llevada a Colmar, durante la revolución francesa; pero
después fue retirada a su primitivo lugar y Ensishenim se regocija de la
posesión de la reliquia.”
Nota 2.
“Vamos ahora a hablar del fenómeno meteórico más
esplendido de que se tenga noticia; y como fue el tercero en años sucesivos y
ocurrió en el mismo día del mes, parecía esta circunstancia dar cierto carácter
periódico a los aguaceros meteóricos; de donde se originó el título de meteoros
de Noviembre. Duro varias horas la aparición y juego incandescente de meteoros
brillantísimos. Algunos de ellos eran de una magnitud considerable y de forma
peculiar. Uno de gran tamaño permaneció por algún tiempo casi estacionario en
el zenit sobre las casadas del Niagara emitiendo torrentes de luz. El fiero
estruendo de las aguas contrastado con la ígnea confusión que sobre ellas se
exhibía, formaban una escena de una sublimidad sin igual. En muchos distritos
la masa de la población se sobrecogió de terror y los más ilustrados quedaron
llenos de pasmo al contemplar una pintura tan viva de la imagen del
apocalipsis.- la de las estrellas descendiendo sobre la tierra, así como caen
de la higuera los higos fuera de sazón cuando el huracán las sacude:- Un
plantador de la Carolina del Sur describe así el efecto que la escena produjo
en los negros ignorantes: «Los gritos más
desastrosos que hayan jamás llegado a mis oídos me despertaron de repente.
Alaridos de horror y gritos de misericordia resonaban por doquiera, procedentes
de los negros de tres plantaciones que podían contar de 6 a 800 en número.
Estando escuchando con ansiedad para averiguar la causa de tanta consternación,
oí una débil voz cerca de mi puerta, que me llamaban por mi nombre. Me levante y, empuñado mi espada,
me paré en la puerta. Volví a oír la misma voz que me suplicaba me
levantase y decía « ¡Oh Dios mío, el mundo se está incendiando!» Entonces abrí la puerta, y difícil es decir que me causó más
admiración.- lo espantoso de la escena a los gritos desastrosos de los negros.
Más de un centenar de ellos yacían postrados en el suelo, unos sin habla, y
otros con las manos juntas elevadas al cielo, implorando a Dios que salvase al
mundo y los salvase a ellos. La escena
era espantosa por demás; porque jamás hubo lluvia más densa que de la de que
meteoros caían sobre la tierra; por todas partes, por el levante, por el
poniente, por el norte y por el sur, el espectáculo era lo mismo.»[10]
Grabado del
meteorito de Ensisheim, caído en 1492.
El meteorito de Ensishenim. (De Internet).
Información del libro “La Historia de los Cielos.
Tratado popular de Astronomía”.
1887. (1885)
“Es una
circunstancia curiosa que las lluvias meteóricas no hayan lanzado, al parecer
hasta ahora, ningún cuerpo que llegara a la superficie de la Tierra. De los
miles y miles de Leónidos, de Perseidos
y de Andromedos no se ha obtenido
ni identificado una sola partícula. Esos cuerpos que caen del cielo a la
Tierra, y que llamamos meteoritos, nunca proceden de las grandes lluvias de
estrellas, por lo que ahora sabemos. Parecen ser fenómenos de muy distinto
carácter que los meteoros periódicos.
Es bastante
singular que sea moderna la creencia en el origen celeste de los meteoritos. En
la antigüedad se consideraban, sin duda, como piedras maravillosas caídas del
cielo, y hace un siglo creianse aun fabulosas, aunque había suficientes pruebas
de lo contrario. Por lo demás, no se asemejaban a ninguna de las ya conocidas,
y hasta citábanse casos de hombres muertos por el golpe recibido de esos
cuerpos celestes.
Esas
piedras fueron vistas generalmente por personas ignorantes, y dieron sobre
ellas tantos detalles imaginarios que la ciencia rehusó creer que tales objetos
cayeran del cielo. Y aun hoy es a menudo muy difícil obtener datos seguros
sobre las circunstancias que acompañan a la caída de un meteorito.
En 1794,
Chladni publicó un informe sobre la notable masa de hierro que el viajero
Pallas había encontrado en Siberia, y este fue el primer paso de importancia
que se dio para reconocer que así este objeto como otros análogos eran, en
realidad, de origen celeste; pero los argumentos que presentó Chladni no
convencieron a todos, según parece. Poco después, en 1795, exhibióse en Londres
una piedra de 56 libras de peso, que varios testigos aseguraban haber visto
caer en el Yorkshire, y que con esto se desvaneció la incredulidad de aquellos
que dudaban del origen celeste de dichos objetos. En 1802 publicóse una bien
redactada memoria sobre la piedra de Benarés en
las Transacciones filosóficas, y, para completar la demostración, en el
año siguiente acaeció una lluvia de piedras en L'Aigle, Normandía. La Academia
Francesa comisionó al físico Biot para que practicara un detenido examen en el
sitio donde ocurrió el hecho, y su investigación disipó la última duda, pasando
por los tanto, las piedras meteóricas desde el dominio de la geología hasta el
de la astronomía. Debe notarse, como singular coincidencia, que el hecho de
reconocerse el origen celeste de los meteoritos fue simultáneo con el
descubrimiento de la primera serie de planetas menores. Una vez admitida la
realidad de esas caídas de piedras, los fenómenos de esta especie ocurridos en
la antigüedad debían excitar el mayor interés, y por lo tanto se les dio el
crédito que merecían. Uno de los más remotos que se recuerdan es el de la lluvia
de piedras que Livio describe, y que tuvo lugar, según dice el autor, hacia el
año 654 a. J. en el monte Albano, cerca de Roma. Entre los más modernos casos
podemos citar uno que se pudo comprobar debidamente, y que se produjo en 1492
en Ensisheim (Alsacia). El emperador Maximiliano mandó que se hiciera un
informe detallando todas las circunstancias y que se depositase en la iglesia
con la piedra.
Esta última fue suspendida en un arco del templo, y
allí estuvo tres siglos, hasta que al estallar la Revolución francesa fue
conducida a Colmar, habiéndose desprendido entonces algunos pedazos, de los
cuales se conserva uno en el Museo Británico. Afortunadamente este objeto
volvió a ocupar su antigua posición en la iglesia de Ensisheim, donde es un
atractivo para muchas personas. El informe que se redactó sobre la piedra decía
lo siguiente: “En el año del Señor de
1492, el miércoles antes de la fiesta de san Martin, prodújose un singular
milagro, pues de once a doce de la noche oyóse un estrepito semejante a un
trueno y un ruido confuso que se
percibió a gran distancia, cayendo en el mismo instante, de los aires, en la
jurisdicción de Ensisheim, una piedra que pesaba 260 libras. Un niño vio como
caía en un terreno arado, en el campo que hay hacia el Rhin, cerca del distrito
de Gisgang. La piedra no daño a nadie, pero sí hizo un agujero profundo, de
donde se extrajo para colocarla en la iglesia para recordar el milagro. Y allí
fue mucha gente para ver la piedra, y se habló largo tiempo sobre el hecho. Los
más sabios dijeron que ignoraban lo que aquello podría ser, porque no estaba en
la orden natural de las cosas que semejante mole cayera de los aires, y que,
por lo tanto, se debía considerar aquello realmente como un milagro de Dios,
pues nunca había visto ni oído nada por el estilo.
Fotografía y grabado del meteorito de “Ensisheim”. Bajados de Internet.
Los Caballeros que custodian el Meteorito caído en
1492.
“El hecho de
que la piedra hubiese penetrado solo en el terreno una mitad de la estura de un
hombre, se explicó diciendo que había sido la voluntad de Dios que se
encontrara. El ruido que produjo oyóse en Lucerna y en Villingen y en otros
muchos puntos, y fue tan estrepitoso que el pueblo creyó que se habían hundido
varias casas. El rey Maximiliano, que estaba allí, dispuso que la piedra fuese
conducida al castillo, y después de hablar largo rato sobre el hecho con los
notables, ordenó que la llevaran a la iglesia, sin permitir que nadie tomara el
menor pedazo; pero el monarca conservó dos para sí, enviando después uno de
ellos al duque Segismundo de Austria. La piedra fue suspendida en el coro,
donde aún está, y mucha gente va al templo para verla.”
Grabado y
poesías dedicadas al meteorito de “Ensisheim”. (De internet).
Una vez reconocido el origen celeste de los
meteoritos, merecen estos nuestra especial atención, porque con ellos se puede
obtener directamente conocimiento de los materiales de los cuerpos exteriores a
nuestro planeta, analizarlos y ver de qué se componen. No entraremos aquí en un
minucioso detalle sobre la estructura de los meteoritos, porque esto
corresponde más bien a los químicos y a los mineralogistas que a los astrónomos. Bastará pues, examinar
algunos de sus principales caracteres,
como preliminar al estudio sobre el origen probable de esos cuerpos.
En el Museo Británico se puede examinar una
magnífica colección de meteoritos procedentes de todas partes del mundo y muy
variables por sus dimensiones, pues los hay desde el tamaño de la cabeza de un
alfiler hasta el de moles de varios centenares de libras. También hay vaciados
de celebres meteoritos cuyos originales están diseminados en otros varios
museos.
Muchos de ellos no tienen nada muy notable por su
aspecto exterior. Si se encontraran a la orilla del mar pasarían
desapercibidos; y, sin embargo, ¡qué historia podría referirnos semejante
piedra si tuviese la facultad de hablar! Se la vio caer del cielo; pero ¿Cuál
fue su movimiento antes de esto? ¿Cayó hace cien años o mil? ¿Por qué regiones
del espacio anduvo errante? ¿Por qué no cayó en alguna época anterior? Tales
son las preguntas que nos dirigimos al examinar uno de esos cuerpos tan
interesantes. Varios de ellos se componen de materiales muy característicos,
como por ejemplo uno de los más recientes, conocidos con el nombre de siderita
de Rowton. Este cuerpo difiere mucho de la especie más común de meteoritos
pétreos, y seguramente que cualquiera lo vería sin fijar en el la atención.
Solo por su peso excitaría la curiosidad, y si raspara un poco con una lima
veríase que no es en nada una piedra, sino una masa casi de hierro puro.
Conocidas son las circunstancias que concurrieron en la caída de este
meteorito: el 20 de abril de 1876, a las tres y cuarenta minutos de la tarde,
oyóse un ruido extraño seguido de una fuerte explosión, que se percibió en el
espacio de 8 o 10 millas a la redonda al N. del Wreckin. Una hora después un
labrador observó en el terreno de uno de sus campos algún trastorno, vio un
agujero, y hayo en su interior el meteorito, aún caliente, a 18 pulgadas bajo
la superficie del suelo. Varios hombres que trabajaban cerca de ahí oyeron
también el ruido del descenso, pero sin poder indicar a punto fijo donde había
caído. Aquel cuerpo de 7 libras de peso era una masa de hierro de forma
irregular, aunque los bordes parecían redondeados por la fusión en su tránsito
a través de los aires, hallándose cubierto todo él de una película negra y
espesa de óxido de hierro magnético, excepto en el punto que choco contra el
suelo. El duque de Cleveland, en cuyas posesiones cayó el meteorito, lo
presentó al Museo Británico, donde, así como la siderita de Rowton, llama la
atención de todos cuantos se interesan en el estudio de esos cuerpos.
La siderita es interesante en particular a causa de
su marcado carácter metálico. La caída de las sideritas, según las llaman, no
es tan común como la de los meteoritos pétreos, y, a decir verdad, conócense
pocos ejemplares de hierros meteóricos, mientras que los de piedra abundan
mucho. No se crearía así, sin embargo, al visitar el Museo Británico, porque
allí hay una numerosa colección de hierros meteóricos que son realmente los
objetos más notables. La explicación no es difícil. En las llanuras de Siberia
o de la América Central los meteoritos de piedra se desmenuza, y en ningún caso
llamarían la atención del hombre tanto como los de hierro, resultando de aquí
que, aunque los primeros caen s con mucha mayor frecuencia, a menos de verse en
el instante del descenso, es muy fácil que pasen desapercibidos mucho más que
los otros.
Hemos dicho que al caer la siderita de Rowton se
produjo un gran estrepito, como sucedió con el meteorito de Ensisheim, en lo
cual tenemos un carácter distintivo del fenómeno. Parece que en casi todas las
caídas de meteoritos observadas hubo una fuerte explosión; pero no podemos
decir que esto sea una condición invariable, y también sucede que los meteoros
truenan a menudo sin arrojar piedras que se vean. La violencia asociada con el
fenómeno se pudo reconocer muy bien en el meteorito de Butsura, caído en la
India hace unos veinte años. Oyóse una fuerte explosión, y poco después
recogieronse varios fragmentos de piedra
en puntos separados por una distancia de varias millas; pero, reunidos
aquellos, vióse que se ajustaban tan bien que se pudo reconstruir.
Hay otros tipos de meteoritos, como el hierro de
Breitenbach, que forman una clase intermedia entre los de hierro y los de
piedra. Consisten en una grosera estructura celular petrosa, con las cavidades
llenas de sustancias minerales.
Examinado un meteorito, véase que está compuesto de
pequeños de pequeños fragmentos unidos entre sí a la manera de ciertas rocas
volcánicas bien conocidas. Otros hay que están formadas por di minutísimas partículas análogas a las que forman las
tovas volcánicas. La estructura de los meteoritos puede ser ilustrada por el
corte de un meteorito hallado en la Sierra de Chaco, el cual pesaba 30 libras
(fig., 65), perteneciendo a la clase de los meteoritos pétreos. Su forma
demuestra que es un fragmento de bordes angulosos. En este meteorito hay
numerosos granitos de hierro mezclados con sustancias minerales. El hierro de
muchos meteoritos presenta caracteres semejantes a los que se observan en la
rajadura del hierro por la dinamita.
Grabado del
meteorito del Chaco, publicado en el libro de “Historia de los Cielos”.
De muy diferente tipo es el meteorito carbonoso de
Orgueil, que cayó en Francia el 14 de mayo de 1864, y rivalizaba en su tamaño
con la luna llena. Su diámetro tenía algunos centenares de metros, pero se
deshizo en millares de fragmentos, que se esparcieron en una extensión de más
de 15 millas de largo. No contenía la menor partícula de hierro, pero sí muchos
minerales de los que se hallan en los otros meteoritos, asociados con carbono y
con sustancias de un material blanco o amarillento cristalino, soluble en el
éter y semejante a los hidrocarburos. Como las sustancias de igual carácter que
tenemos en la Tierra, debía de ser probablemente un producto resultante de la
vida animal o vegetal.
Hemos dicho que un cuerpo moviéndose con gran
velocidad y penetrando en el aire alcanzara la temperatura del color rojo y del
color blanco o se convertirá en vapor. ¿Cómo pueden caer, pues, aerolitos en
estado sólido? Solo puede explicarse teniendo en cuenta que, moviéndose también
nuestra Tierra con la velocidad de cerca de 80 millas por segundo, la velocidad
relativa de ambos cuerpos es comparativamente ligera. No entrando, pues, en
directa colisión con la Tierra, y no debiendo componerse la velocidad de la
suma de las dos, concíbase la posibilidad.
Respecto al origen de los meteoritos no podemos
hablar con seguridad. Según el mineralogista austriaco Tschermak, los
meteoritos tienen un origen volcánico en algún cuerpo celeste. La dificultad,
sin embargo, esta en la tremenda velocidad inicial que se requiere. Otra teoría
supone que los meteoritos proceden de los volcanes de la luna, evidentemente
pasivos hoy; no falta quien les hace viajar desde los planetas menores,
verbigracia Ceres; y por último, gran número de astrónomos les dan un origen
terrestre, suponiendo que, expedidos por nuestros volcanes en los primeros
tiempos de la historia del planeta, y lanzados a grandes distancias, vuelven a
caer ahora después de haber experimentado grandes perturbaciones en los
espacios siderales.
En apoyo de esta teoría de un antiguo origen
terrestre está el hecho de ser los principales constituyentes de los meteoritos
el hierro y el níquel. Cuando Nordenskiold descubrió en Groenlandia una masa de
hierro nativo conteniendo níquel, creyó sé que se trataba de un viajero
celeste, y, sin embargo, resultó que el hierro de Ovifak fue encontrado sobre
un lecho de basalto vomitado del interior de la Tierra.
Además de los meteoritos sólidos, caen en la Tierra
residuos de las estrellas fugaces ordinarias, de origen celeste. En esta parte
la evidencia es irrecusable. La nieve de las regiones árticas está sembrada de
partículas de hierro, y semejantes partículas se hallan también en las torres
de las catedrales y en otras circunstancias. Muchas partículas de esta clase
son realmente de origen cósmico. En el famoso crucero del Challenger las dragas
sacaban de las profundidades del Atlántico numerosas partículas magnéticas que
no había ninguna razón para suponer su hubiesen depositado desde la superficie.
La arena de los desiertos del África, examinada al microscopio, ofrece también
vestigios de diminutas partículas de hierro que presentan señales de haber
estado sometidas a elevadísimas temperaturas.
La Tierra arrastra partículas cósmicas en su curso
continuamente, pero no cede jamás una partícula suya. La consecuencia es
inevitable: la masa de la Tierra aumenta. Es muy probable que una parte
apreciable de la sustancia solida de la Tierra derive de la sustancia meteórica
que en perene lluvia desciende sobre su superficie.”[11]
Don José
Árbol y Bonilla, en 1888, escribió en su libro Cosmografía Elemental sobre
Meteoritos, y por lo importante para este estudio trascribo todo el capítulo
que tiene como título:
“Exhalaciones o estrellas errantes.- Bólidos.
Uranolitos o Aerolitos.”[12]
242.- Exhalaciones.-
Frecuentemente en las noches y cuando la atmosfera esta pura y privada de
nubes, se ve un punto luminoso que se desprende de la bóveda celeste,
moviéndose con suma rapidez, y a los pocos segundos disminuye su brillo y
desaparece. Algunas veces este punto luminoso, deja tras de sí una huella
luminosa, y otras veces lanza chispas.
Estos fenómenos son las exhalaciones. Los antiguos
miraban estos meteoros como verdaderas estrellas que desprendiéndose de la
bóveda celeste caían del cielo: de aquí el nombre que llevan de estrellas
errantes. Pero ahora está fuera de toda duda, que estas exhalaciones provienen
de una multitud de cuerpecillos diseminados en el espacio, y que la Tierra
encuentra en su movimiento, son atraídos por ella, en razón directa de las masas,
y al penetrar a en la atmosfera, se produce un desarrollo de calor, a causa de
la gran velocidad con que vienen animados y de la resistencia del aire, que
hace luminoso al cuerpo durante su paso a través de la atmosfera.
Estos meteoros tienen ahora mucha más importancia
de la que se creía, no pasa una sola noche, una sola hora, un solo minuto, sin
que haya una caída para la Tierra en general. El globo terrestre gravita en el
seno de un espacio lleno de corpúsculos diversos, circulando en todos sentidos,
los unos en corrientes elípticas, de inclinaciones variadas, los otros, en el
plano mismo de la eclíptica. Newcomb ha demostrado que no caen menos de ciento
cuarenta y seis millares de millones de estrellas errantes por año, sobre la
tierra.
243.- Apariciones
extraordinarias de exhalaciones.- Todas las noches del año, no se parecen
en cuanto al número que cae de exhalaciones; hay en este número, periodos
anuales, mensuales y diurnos, reconocidos por perseverantes examinadores del
cielo. Las épocas más notables son la noche del 10 de Agosto y la mañana del 14
de Noviembre. Estas fechas fijas, demuestran la imposibilidad de atribuir este
fenómeno a causas meteorológicas. La aparición correspondiente al mes de Agosto
dura muchos días y llega a su máxima el 10; la del 14 de Noviembre no tiene
lugar sino en la madrugada. Muchas veces
en esta última fecha, los meteoros han sido tan numerosos, que se les ha
comparado a lluvias de fuego. Esta aparición no es igualmente notable cada año,
sino que su número y brillo varía periódicamente; el máximum es cada 33 años.
Se renueva en seguida durante varios años, después disminuye gradualmente, y
acaba por no hacerse notable durante un largo periodo, para reproducirse
más tarde y llegar a su máximum de 33
años, en un segundo periodo. La aparición del mes de Agosto en más constante,
pero nunca es tan notable; está sujeta también a curiosas fluctuaciones de
intensidad.
Se ha confirmado que las trayectorias de diferentes
meteoros divergen de un mismo punto del cielo, que se llama punto radiante.
Estos flujos periódicos de exhalaciones han hecho
pensar que los corpúsculos que les dan nacimiento no están diseminados todos al
azar en el espacio, sino reunidos en enjambres que se mueven alrededor del sol
como los planetas y los cometas. Cuando una de esas corrientes encuentra la
Tierra, se ve como una lluvia de estrellas errantes; la encuentra de nuevo
después de un tiempo igual a la duración de su revolución alrededor del Sol;
esto es lo que sucede con el enjambre de Noviembre. En cuanto al de Agosto,
parece formar un anillo continuo muy ablongado con alternativas de mayor o
menor condensación.
Se ha reconocido que la velocidad que tiene estos
meteoros al encontrar la Tierra en su órbita, es v
, es decir, igual a la velocidad de traslación de la Tierra multiplicada
por la raíz cuadrada de 2; y puesto que la velocidad orbital media de nuestro
planeta es de 26,490 metros por segundo, la de una estrella errante será de
42,570 metros. Si la exhalación viene en sentido contrario de nuestro
movimiento, las dos velocidades se suman y el choque es de 72,000 ͫ en el
primer segundo de encuentro. Si viene en el mismo sentido, su velocidad puede
decrecer hasta 16,500 ͫ por segundo. A
menos de ser un aerolito sólido, y de tener un peso de algunos miles de
Kilógramos, toda estrella errante al encontrar la Tierra debe fundirse,
volatizarse por la sola transformación
de su movimiento en calor al penetrar en nuestra atmosfera, por la enorme
resistencia que le presenta en su movimiento, y caer lentamente bajo forma de
vapor condensado o polvo sobre la superficie del globo.
Esta velocidad v
siendo precisamente la que
pertenece al movimiento parabólico, se concluye de ahí que las
exhalaciones, lo mismo que los cometas,
describen elipses muy alargadas, cuyo foco ocupa el Sol. Se tiene todos los
datos para determinar la curva, a saber: el foco que es el centro del Sol; un
punto de la curva, que es la posición de la Tierra en el momento de la
observación; y la dirección de la tangente en este punto, que es dada por la
posición del punto radiante.
Aplicando
este método al enjambre del 10 de Agosto, Schiaparelli de Milán ha encontrado
elementos elípticos que difieren muy poco de los de un gran cometa III de 1862
que pasó por el perihelio el 23 de Agosto , y cuya revolución es de 121 años;
de donde se ha inferido la identidad de las curvas. El mismo método se ha
aplicado al enjambre del 14 de noviembre, paro aquí se tiene un dato más, el
periodo que es de 33 años, y del cual con el auxilio de la tercera ley de Kepler, se deduce directamente la elipse descrita; así se ha encontrado la
identidad de este enjambre con el cometa de Tempel de 1866.
He aquí los elementos de las dos curvas:
Enjambre de Noviembre. Cometa de Tempel.
Duración de
la revolución. 33.
25 años.
33. 18
Semi- eje
mayor. 10.
34 10. 32
Excentricidad. 0.
904
0. 905
Distancia
perihelia. 0.
989
0. 977
Inclinación
de la órbita. 14°
41´
17° 18´
Longitud
del nodo ascendente. 51°
18´
51° 26´
Este resultado inesperado de una gran luz sobre la
naturaleza de las estrellas errantes y su correspondencia con las orbitas
cometarias. Se ha concluido de esto, que los cometas, como las estrellas
errantes, deben ser cúmulos de meteoros derivados de masas nebulosas extrañas a
nuestro sistema planetario.
244.-
Extraordinaria caída de estrellas errantes.- Hemos dicho al hablar del
cometa Biela, que en 1872 debía volver a la vista de la Tierra y que el 27 de
Noviembre de dicho año cayó una verdadera lluvia de estrellas errantes
irradiando de un mismo punto del cielo situado cerca de ϒ Andromedæ. Esta
lluvia fue visible de casi todos los puntos de Europa. El P. Secchi, en el
observatorio del Colegio Romano, contó 13,892 estrellas errantes, en
Montcalieri 33,400, y hubo observador que en Inglaterra contó 10,579. Se ha
evaluado el número total en cierto en ciento sesenta mil, y esta lluvia duró
desde las siete de la noche hasta la una de la mañana siendo a las nueve su
máximum. La figura 164 representa el aspecto de aquel punto del cielo a esta
hora.
Se ha
reconocido que este enjambre pertenece a la órbita del cometa de Biela.
A principios de Noviembre de 1885, se recordó a los
astrónomos, que el 27 caería la lluvia de estrellas errantes, llamada las
Andromeidas. Predicción que se confirmó plenamente, fue observada en Francia,
Alemania, España, Bélgica, Inglaterra, Argelia, Estados Unidos del Norte, y en
el Observatorio de Zacatecas.[13] En Europa
hubo observador que conto 4,000 estrellas en diez minutos, y todos convienen en
que fue un fenómeno tan importante como el de 1872. El punto radiante estaba
cercano a Andromedæ, la posición exacta
de este punto que determinamos en el Observatorio, fue:
Ascensión recta 1ʱ 54 ͫ;
Declinación + 43°
M. W. Meyer de Berlín, calculo la órbita de estos
enjambres de estrellas errantes de 1872 y 1885, y comparándolos con los
elementos del cometa Biela resulta:
Cometa Biela. Meteoros en 1872. Meteoros de 1885.
Perihelio Ϯ.
. . .
. 1852 Set.
23 Dic. 27 Dic. 28
Long. De nodo Ω. . . 246 °, 19
´ 246°,
6´ 245°, 55´
Inclinación
i. .
. . 12°
33´ 12°
40´ 12°
35´
Long. Del
perihelio π. 109°
36´ 110°
18´ 111°
53´
Excentricidad
ϵ. .
. . 0.7559 0.7518 0. 7538
Long. De la dist. Perih. 9.9348 9.9376 9.9332
Estos elementos se relacionan al equinoccio de
1885. 9. El tiempo de revolución de 6 años
y medio, da para el semi-eje mayor 3.482. Siendo el del cometa; en 1806
de 3.567; 1826 3.560; 1832 de 3.537;
1846 de 3.520; y 1852 de 3.525. Hay pues una disminución progresiva del eje
mayor de la órbita del cometa, que confirman las orbitas de este enjambre de
estrellas errantes, que provienen de la desegregación del cometa perdido de
Biela.
A
continuación pongo la lista de las principales fechas del año, notables por las
caídas de estrellas errantes y los centros de emanación que les corresponden:
Cerca de π Herculis, enjambre bien
caracterizado. 2 a 3 de Enero.
Cerca de
Liræ, restos del cometa I de 1861. 12 a 13 de Abril.
Cerca de
Hércules y Serpens. Id. Id. 19 a 22 de Abril.
Cerca de
Fomalhaut, rica corriente de meteoros.
26 a 29 de Julio.
Cerca de
Perseo, Cassiopes, rica corriente; cometa III de 1862. 9 a 14 de Agosto.
Cerca de
Taurus, Orión.
19 a
25 de Octubre.
Cerca de
Lion, Perseo, enjbre. De las Leónidas com. I de 1860 13 a 14 de Noviembre.
Cerca de
Andromæ, enjambre muy interesante, com. Biela 26 a 29 de Noviembre.
Cerca de
Géminis, Leo en ciertos años corriente interesante 6 a 13 de Diciembre.
245.- Bólidos.- Uranolitos o Aerolitos.- Sucede
algunas veces que repentinamente aparecen en la atmosfera un globo inflado que
lanza una viva luz, acompañada algunas veces de una fuerte detonación que
divide el bólido en pedazos que caen a la superficie de la Tierra. Estos son
los Uranolitos, Aerolitos o piedras caídas del cielo.
Los bólidos se distinguen de las exhalaciones
fácilmente mientras que la exhalación solo atraviesa las altas regiones de la
atmosfera, consumiendo su masa que se volatiliza, como hemos dicho, por la
enorme cantidad de calor que se desarrolla, por la resistencia del aire; el
bólido es una masa más compacta, que se mueve regularmente con menor velocidad
que la exhalación, atravesando a menor altura las capas de la atmosfera, y las
más de las veces cae sobre la tierra. Al Bólido que cae sobre la superficie de
la Tierra, se le llama Uranolito o Aerolito, regularmente está compuesto de
materias terrosas, variadas como las que se encuentran en la Tierra, y otras
veces son masas de fierro, con níquel, carbono, etc. En el Museo Nacional de
México se encuentra una interesante colección de estos meteoritos.
A las estrellas errantes que se presentan
aisladamente en distintos puntos del cielo y sin épocas fijas como de las que
hemos hablado, se llaman esporádicas, y probablemente son pequeños cuerpos que
bogan en el espacio y que la Tierra encuentra en su camino.
Los bólidos probablemente deben asimilarse a
pequeños planetas que se mueven al rededor del Sol o a pequeños satélites que
giran alrededor de la Tierra. Estos cuerpos no se hacen visibles sino hasta que
penetran a en la atmosfera y que se hacen luminosos de la manera que ya hemos
explicado.”
Otros
trabajos de Meteoritos, publicados en México.
En el año de 1873 se publicó en México un
trabajo de investigación sobre los Aerolitos, en el que mencionan a estos como
“Los fuegos de San Lorenzo”[14],
y hablando sobre el Hombre y los aerolitos. Nos dice:
“En cuanto a su composición
química, voy a presentar a ustedes, el análisis que de la masa meteórica de
Yanhuitlán hizo el respetable profesor Sr.
D. Leopoldo Rio de la Loza, para que así se hagan cargado de la variedad de
cuerpos que contienen en diversas cantidades esos aerolitos que largamente han
ocupado nuestra atención.- He aquí las materias encontradas en ese precioso
ejemplar. Fierro…96,58182, niquelo (ahora níquel)…1,83200, Sustancias
volátiles…0,36210, Arenas conteniendo siliza (ahora sílice), Piroxena en sus
variedades negra, blanca y verdosa….0.00560, Carbono….0.00018, Cal…0,60815,
Alúmina y perdida…0,61015. Total 100,00000.
Además de esta materias se han encontrado en los aerolitos otra
multitud de cuerpos, tales como el oxígeno, el azufre y el fosforo, la
magnesia, la sosa y la potasa (potasio), el cobre y el estaño, el cromo, el
cobalto y la grafita (Grafito).- etc. Firma J. J. A. (José Joaquín Arriaga).”
Grabado de la caída de un
meteorito publicado en el libro “La Ciencia Recreativa” Física del Globo. En
México. Año de 1873. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada. (El libro pertenecía
a mi abuelo Lic. José G. del Hoyo Raigosa).
Sobre el Meteorito
de Yanhuitlán publicado anteriormente en el Mosaico Mexicano.
“El artículo llamó tanto la atención que
posteriormente Leopoldo del Rio de la Loza y Antonio del Castillo escribieron
ensayos en torno al mismo tema. Véase «El fierro meteórico de Yanhuitlán» y
«Descripción de las masas de hierro meteórico de Yanhuitlán recientemente
traída a esta Capital, noticia y descripción de las masas de hierro meteórico y
de piedras meteóricas caídas en México»”[15].
En una conferencia a la que asistí aquí en
la ciudad de Zacatecas, recuerdo que fue en la Preparatoria 1, de la
Universidad Autónoma de Zacatecas, en el año de 1974, cuando era estudiante de
la Escuela de Ciencias Químicas, ahora Facultad de Ciencias Químicas, que hubo
un Congreso de Química Pura y Aplicada, en la que se habló del Dr. Don Leopoldo del Rio de la Losa, y yo no le
preste atención a este personaje, porque para mí solo pensaba en la ciencia, aún
no me dedicaba a la genealogía. Uno de estudiante no asimila todo lo que
escucha, pero ahora sé quién era don
Leopoldo del Rio de la Losa, tantas veces escuchado en la televisión, porque
una calle de la ciudad de México lleva su nombre.
La geología me ha traído muchas
sorpresas, ahora la genealogía me vuelve a traer otras más sorpresas
agradables, sabiendo por un libro que fue un científico biólogo don Leopoldo
del Rio de la Losa, uno de los más grandes químicos de México. Resulta que en
mis indagaciones de genealogía que comencé en Jerez, Zac., allá por el año de
1980, comenzando por mi abuela paterna doña Carmen Cabrera de la Campa, y
siguiendo a los antepasados de ella, resulta que mi abuela era hija de don José
Sebastián Cabrera Acuña y doña Ángela de la Campa y Dávila- Escobedo. Pues mi
abuela es descendiente en una de sus ramas del General don Francisco del Árbol
y Bonilla, casado en Aguascalientes en primeras nupcias con doña Josefa de Arce
y Castilla, que falleció el 30 de mayo de 1708, cuando don Francisco era alcalde
mayor de Aguascalientes, ella era hija del capitán don Ventura de Arce y
Castilla, dueño de la hacienda de Agostadero, y de doña María Rincón Gallardo.
Después contrajo segundas nupcias con mi antepasada doña Gertrudis Gallardo,
las dos esposas parientes de los Rincón Gallardo, dueños de la hacienda de Ciénega
de Mata. El Capitán don Francisco del Árbol y Bonilla, fue enterrado el 1° de
julio de 1727 en Aguascalientes.[16]
Su hija doña Antonia del Árbol y Bonilla, se casó con don Nicolás de Escobedo,
y se fueron a vivir a Jerez, Zac., y otro de sus hijos tubo como descendiente a
don José del Árbol y Bonilla, otro de los grandes científicos de Zacatecas, que
fundó el Observatorio Meteorológico de la Bufa[17],
y es famoso por haber fotografiado estrellas errantes o una lluvia de
estrellas, que han confundido con ovnis, él fue a la gran Exposición Universal
de Paris en 1889, donde se presentaron réplicas de cartón del meteorito de
Zacatecas, y otros meteoritos, juntos con planos de Carlos de Berghes y José de
Burkart,[18]
entre otras muchas cosas. Ya tenía como mi pariente a un científico, el más
célebre de Zacatecas. Y como ya lo dijo Ciro Robles Berúmen, responsable que
fue del Observatorio José Árbol y Bonilla[19],
al hablar sobre el meteorito de Mazapil.
El historiador y Prof. Don Cuauhtémoc
Esparza Sánchez nos dice que el 5 de febrero de 1853 nació en la ciudad de
Zacatecas don José María del Árbol y Bonilla, y dice que siempre se firmó como
José del Árbol y Bonilla, y sigue diciendo: “…digno representante del movimiento científico mexicano de su tiempo,
impulsor de las ciencias naturales, las ciencias de la tierra, la astronomía y
la meteorología, y fundador, además, del observatorio astronómico local,
ubicado en el propio edificio del Instituto, y del observatorio meteorológico
del Cerro de la Bufa, en su momento, uno de los mejores equipados del orbe.
Su padre,
Francisco Árbol y Bonilla, que procedía de una familia tapatía de la clase media, médico cirujano, titulado
en la Universidad de Guadalajara, se afincó en Zacatecas a mediados del siglo
XIX y casado con la zacatecana María de Jesús Carrillo, procreo, hasta donde
sabemos, cinco hijos, Adrián, Mariano, Francisco, Ismael que era el mayor y
José. Cuando este vino al mundo, Zacatecas aún conservaba su sabor virreinal,
pero a partir de entonces empezó a cambiar, lentamente, su fisonomía urbana. La
vieja casa marcada entonces con el número 14, hoy con el 610, frente a la plaza
de armas, donde Bonilla vivía en 1867 y en la cual se dice que nació, aún se
conserva casi intacta.” [20]
El 12 de septiembre de 1891 se casó don
Francisco del Árbol y Bonilla, con la señorita Josefa Calvo, originario y
vecino de Zacatecas, hijo del Dr. don Francisco del Árbol y Bonilla y doña Jesús
Carrillo, dif. Ella es libre de matrimonio de 20 años, originaria de Zacatecas,
hija de don Francisco Calvo y doña Amada Castañeda, padrino don José del Árbol
y Bonilla.
Don José Árbol y
Bonilla. Fotografía publicada por el Prof. Cuauhtémoc Esparza Sánchez en su
Anuario de la U.A. Z.
Tomado del libro: "Primer Centenario del Obserbatorio Meteorológico de la Bufa Zacatecas". Semarnat y Conagua. Noviembre de 2016.
Pero otra sorpresa más tendría cuando seguí
investigando la genealogía de mi ilustre abuela paterna, que era nieta de don
Arcadio Cabrera Escobedo, y él, hijo de don Luis Cabrera y Zaldívar- Oñate[21],
y de doña Narcisa Escobedo, don Luis era hijo de don Pedro del Rio de la Loza
(alias apellidado Cabrera), y de doña Antonia de la Torre, y por su información
matrimonial me entero que él era hijo natural del hacendado don Gregorio del
Rio de la Loza[22],
todos ellos de Jerez, Zac., don Gregorio era dueño de la hacienda de la Labor
de Santa Gertrudis y estaba casado con doña Cecilia García de la Cadena, y sus
hijos legítimos eran el Dr. Don Agustín José[23],
el Pbro. Dr. Don Vicente, doña Francisca, monja en Guadalajara, y el Lic. Don
Luis Antonio del Rio de la Loza[24],
entre otros más, y sucede que don Luis, fue primero Regidor Perpetuo de Jerez,
y pasó a vivir en Zacatecas, y casó en Guadalajara, Jal., con doña Margarita
Gil de Araguzo[25],
pasando la familia a vivir a la Ciudad de Querétaro, donde uno de sus hijos el
Bachiller don Mariano del Rio de la Loza se casó con doña María Guillen Morales,
padres del científico biólogo don Leopoldo del Rio de la Loza, que analizó uno
de los meteoritos mexicanos. Por lo tanto Don Pedro del Rio y Loza alias
apellidado Cabrera, mi antepasado, era medio hermano del Lic. Luis del Rio de
la Loza que se fue a Querétaro junto con su hermano el Dr. Agustín del Rio de
la Loza. Don Luis Cabrera y Zaldívar Oñate, era primo hermano de don Mariano
del Rio de la Loza, avecindado en Querétaro. Y el científico que analizó
meteoritos, Dr. Leopoldo del Rio de la Loza, viene siendo primo segundo de mi
tatarabuelo don Arcadio Cabrera Escobedo, de Jerez, Zac., mi bisabuelo don José
Sebastián Cabrera Acuña, era primo en tercer grado de los ilustres farmacéuticos Maximino y Francisco
del Rio de la Loza, hijos de don Leopoldo del Rio de la Loza. Mi abuela doña
Carmen Cabrera de la Campa, debió de haberse llamado Carmen del Rio de la Loza
y de la Campa. Mi padre sabiendo esto decía que él, se debería de llamar Carlos
del Hoyo del Rio de la Loza, en vez del Hoyo Cabrera, porque no tenemos la
sangre de los Cabrera, sino del Rio de la Loza.
Don Luis del Rio de la Loza otorgó
testamento en el año de 1767, era Alférez Mayor Real de la Villa de Jerez,
Zac., su hermano el Doctor Don Agustín del Rio de la Loza, era Presbítero y
Rector del Colegio de San Gregorio de la Imperial Corte de México.[26]
Entre las capellanías que se encuentran en
el Archivo del Arzobispado de Guadalajara, se encuentra la Capellanía que mando
fundar don Gregorio del Rio y Loza, con principal de 2600 pesos sobre tierras
en la Villa de Jerez, y sirve el Presbítero don Juan José Vélez.
La capellanía que mando fundar doña Cecilia
García de la Cadena, con principal de 2,000 pesos sobre tierras en la Villa de
Jerez, y sirve don Agustín Mariano Rio de la Loza.- Dr. Vélez, Cura de
Tlaltenango.
Una Capellanía que fundó don Gregorio del
Rio y Loza con 2,600 pesos de principal. Capellanes Don Vicente del Rio. Doctor
don Agustín del Rio y Loza y Br. Juan José Vélez.
Una capellanía que fundo doña María de
la Cueva Carabajal con 1,400 pesos de
principal. Capellanes Don Antonio Cabrera.[27]
Dr. don Agustín Rio y Loza y Dr. Juan
José Vélez.
Capellanía que mando fundar doña Cecilia
García de la Cadena, con principal de 1 mil pesos sobre tierras en la Villa de
Jerez, y sirve Don. Agustín Mariano Rio y Loza. Dr. Vélez Cura de Tlaltenango.
Y sobre el Dr. don Agustín del Rio de la
Loza nos dice mi compadre don Leonardo de la Torre Berúmen, en un artículo que
publicó en Jerez, Zac., y lo trascribo integro por su valor histórico y
cultural que representa para Zacatecas.
“Obra y
genealogía del Doctor Rio de la
Loza. Por Leonardo de la Torre Berúmen.”
“El Doctor
Don Agustín José Mariano del Rio de la Loza 1785 administraba la parroquia de
San Sebastián de Querétaro, como Cura propio y en ese mismo año pretendió una
comisaria del Tribunal del Santo Oficio, para lo cual en un escrito fechado el
20 de octubre, afirmo que desde el año de 1748 con previa información fue
recibido Colegial Porcionista en el Real Tridentino Seminario de Guadalajara
Capital de Nueva Galicia; y a los ocho años sirvió la beca de bibliotecario por
un año; en cuyo tiempo fue siempre en todas clases, mereció la primera tonsura,
sustento dos actos de filosofía y uno de teología, en que defendió el curso
salmantino y obtuvo en oposición una
capellanía; que cuenta más de once años de catedrático de latinidad ,
elocuencia, filosofía y teología escolástica, en cuyo tiempo ha presidido
veintiún actos literarios, dos de teología y los demás de filosofía: formó y dijo cuatro oraciones latinas y treinta y
ocho lecciones con puntos y termino de veinticuatro horas en las dichas
facultades, cánones y leyes para grados, cinco oposiciones a cátedra y dos
canonjías ; que recibió los grados de bachiller en las cuatro facultades
mayores, el de Licenciado y Doctor en Teología con todos los sufragios nemine
discrepate y sustituyó algunas veces las cátedras de su colegio real y
universidad; que desde el año 60 (1760) se ordenó con dispensa de edad e
intersticios, que se le concedió mutuo propio sin sínodo, y sin él luego las
licencias de predicar y confesar, que sin examen se le extendieron en México
para habilitar y absolver de reservados, de que ha usado siempre con
frecuencia, y predicó más de sesenta sermones en ambas catedrales, en su
colegio, en la universidad, en los conventos y templos de una y otra ciudad, y
dos cómputos y terminó de veinticuatro horas. Que desde sacerdote fue
examinador general del Obispado de Guadalajara. Y del Arzobispado de México,
cuenta diez y siete años desde 66 (1766) con ejercicio hasta el día, y
visitador general de dicho arzobispado, y treinta y dos curatos en el mismo año,
en que fue nombrado rector de indios infantes e indias doncellas en los
colegios de San Gregorio y Guadalupe de México, que eran a cargo de los
religiosos expatriados y los sirvió por siete años. Que concurrió al inventario
de obras pías de San Gregorio y casa de Loreto por nombramiento del muy
respetable arzobispado; y por el juez comisario de ella reconoció, formó y
ordenó el de los papeles manuscritos sin estipendio alguno. Que fue algunos
años presidente de la Academia Moral que erigió dicho muy reverendo Arzobispo y
Regente de la Academia de Teología Escolástica y Bellas Letras de la Real
Universidad, y por tres años y medio frecuentó la de Historia Eclesiástica en
el palacio arzobispal. Que tradujo y abrevió el concilio tercero mexicano,
ordenando sus decretos, anotando en cada título lo que añadían o alteraban las
sinodales de Toledo y de Plasencia para el futuro concilio, a que asistió sin
faltar en calidad de teólogo consultor nombrado por el mismo concilio,
exponiendo su dictamen diariamente de palabra, y mueve veces por escrito y
entre otros papeles trabajó y formó con arreglo a las leyes reales un tratado
de testamentos para la Suma Moral de dicho concilio. Que en octubre de 66
nombro el muy reverendo arzobispado por catedrático de moral en el tridentino
de México, que no sirvió por habérselo a la visita en la que quedó de cura en
el real y minas de Pachuca. Que en el 69 (1769) le nombró interinamente cura de
Tacuba, y en el de 70 (1770) le volvió a elegir para el servicio de dicha
cátedra, que no tuvo efecto por estar entendiendo en el concilio. Que en enero
de dicho año se opuso a dos canonjías y dos raciones de la real colegiata, y
llevó tercer lugar en las canonjías, y segundo en la ración. Que en abril de
1773 sirvió más de dos meses de cura interino en el Sagrario de la Iglesia
Metropolitana. Que en septiembre de 1773 obtuvo en propiedad el que ya a más de
diez años sirve en la parroquia de San Sebastián en Querétaro con título y
ejercicio de juez eclesiástico de los cuatro curatos en su jurisdicción. Que en
el de 1774 fue nombrado juez subdelegado en la causa de beatificación del
venerable Padre Margil, asistiendo en dos o tres secciones diarias más de un
año y últimamente tiene el mérito de haber sacado por tarjea subterránea a
distancia de mil trescientos y once varas el agua limpia, conduciéndola a su
parroquia en dos fuentes públicas para el uso de sus feligreses, de su
bolsillo, con el costo de más de tres mil doscientos pesos fuertes, habiendo
obtenido del actual muy reverendo arzobispado de México testimoniales de su
buena fama, vida, opinión, loables costumbres, cristiano proceder y honrado
porte, sin haber estado procesado, ni suspenso, y que ha desempeñado fiel y
exactamente los ministerios que ha servido, juzgándole hábil y benemérito para
obtener cualesquiera prebendas y dignidades eclesiásticas, como la que
pretendía, de Comisario del santo Oficio de la Inquisición en Querétaro y para
calificar la calidad , legitimidad y
limpieza de su sangre dijo ser natural de la Villa de Jerez de la Frontera, del
Obispado de Guadalajara, donde fue bautizado el 18 de febrero de 1736 en la
iglesia parroquial de dicha Villa. Al igual dijo que era legítimo de legítimo
matrimonio y de padres cristianos viejos, descendientes de familias limpias y
conocidas. Siendo sus padres el regidor decano Don Gregorio del Rio de la Loza
y Ortiz y Doña Cecilia García de la Cadena, ya difuntos, naturales que fueron
de la misma Villa, e hijo de Don Juan García de la Cadena y Tello y Doña María
de la Cueva y Ávila, naturales de Jerez. Y del
Alférez Real Don Mateo del Rio y Loza Rivera y de Doña Agustina Ortiz de
San Pedro y Saucedo o Lomas, también de Jerez.”[28]
Una de sus
publicaciones.
Rio de Loza, Agustín José Mariano del.
La
mayor alma del mundo Aurelio Agustino, obispo de Hipona [microform]. Sermón
panegírico, que en su día, y templo de la ciudad de Santiago de Querétaro
predico el Dr. d. Agustín Joseph Mariano del Rio de Loza.... Sácalo a luz el m.
r. p. Fr. Francisco Frías... Dedicase al mismo esclarecido doctor, y santísimo
patriarca.
México, Impreso en la imprenta nueva madrileña
de los herederos del Lic. d. J. de Jáuregui, en la calle de San Bernardo, 1786.
Pongo estas referencias solo para decirles
que el Químico Biólogo don Leopoldo del Rio de la Loza, qué nació en Querétaro,
o en la ciudad de México, es de padre Zacatecano, y sus antepasados los del Rio
de la Loza, de Jerez, Zac. En Querétaro
lo tienen como hombre ilustre de ese lugar, y en otra información dice que
nació en México.
En el Congreso de Química Pura y Aplicada
en Zacatecas, don Pedro Joseph-Nathan, dio la conferencia sobre el Dr. Leopoldo
del Rio de la Losa, a conmemorarse el natalicio de don Leopoldo[29],
en esta Conferencia Plenaria nos dice Nathan: “Regresando al personaje que hoy nos ocupa, debo señalar que son tres
los químicos que destacaron en el México del siglo XIX, Fausto de Elhuyar, que
llegó a Nueva España en 1788, fue el primer Director del Seminario de Minería y
primer profesor de la Cátedra de Química que se inauguró en 1796. Andrés Manuel
del Rio, que da su nombre a los premios nacionales de Química que anualmente
otorga la sociedad Química de México, y Leopoldo Rio de la Loza, nuestro
homenajeado, que de los tres es el único que se ocupa del estudio de la química
de moléculas orgánicas y que por lo tanto es el padre de la Química Orgánica
Mexicana, en particular, la que concierne a los Productos Naturales Orgánicos”.
Dr. don Leopoldo del
Rio de la Loza. (De Internet).
Una pubicacion mas sobre el Dr. Leopoldeo del Rio de la
Loza.
“El 25 de noviembre del año de 1807 nació en la ciudad
de Mexico el que seria ilustre medico y notable impulsor de la quimica, don
Leopoldo Rio de la Loza.
A los 15 años se inicia en el estudio de la
Cirugia, disciplina propiamente dicha. En los Hospitales de Jesus y San Andres,
al lado del profesor Joaquin Villa, cursa los estudios que le permiten obtener
el grado de Cirujano en 1827.
Practica
intensamente la Botanica y la Medicina, y en 1833 se gradua en Farmacia y
obtiene su titulo de Medico. Y es a partir de un año despues de su recepcion
academica que se entrega en cuerpo y alma al estudio intenso de la Quimica,
descollando positivamente por su brillante facilidad para esta rama de la
cienci, en la que dejo una estela de conocimientos sin par.
Numerosos fueron los cargos, tanto de indole
puramente administrativa como estrictamente cientifico y magisteriales que
desempeño el doctor Leopoldo Rio de la Loza; cabe mencionar, entre otros, los
de catedratico de Quimica en la Escuela Nacional de Medicina, Miembro Titular
del Consejo de Salubridad, Miembro de la Academia Nacional de Medicina,
Director de la Escuela Nacional de Medicina. Y tanto el emperador Maximiliano
como el gobernador republicano que sucedió a este, reconocieron su gran valia
cientifica otorgandole valiosas preseas.
Cuando preparaba una Quimica General, que
sirviera de texto a los estudiantes, lo sorprendio la muerte el 2 de mayo de
1876, en la ciudad en donde habia visto la luz primera.”[30]
Uno de los hijos de don Leopoldo Rio de la
Loza, Don Máximo Rio de la Loza, de la que en internet encontré un buen trabajo
de Liliana Schifter Aceves[31],
y nos dice:
“Existen en
nuestro país familias de reconocido abolengo científico, apellidos que abarcan
numerosos ámbitos de nuestra historia. En el siglo XIX surgió una cuyas
contribuciones a la química, la farmacia y la medicina, fueron muy valiosas: la
familia Rio de la Loza. El patriarca, fue el reconocido químico, médico y
farmacéutico Don Leopoldo Rio de la Loza, quien encontraría en su hijo mayor,
Maximino, un digno relevo para la consideración y desarrollo de la química en
nuestro país.
Maximino
cursó las carreras de medicina, química y farmacia, en la Escuela de Medicina y
ejercitó con éxito las 3 a lo largo de su vida. Etc.
El Dr.
Maximino Rio de la Loza nació en la Ciudad de México en 1830. Hijo del
Ilustrísimo Leopoldo Rio de la Loza, fue heredero de una rica tradición
científica, industrial y de servicio, que al igual que su padre y sus hermanos
honró a lo largo de su carrera y por supuesto contribuyó a enriquecer con
méritos propios a lo largo de sus casi 75 años de vida.”
Últimamente
en internet se tienen contemplados los meteoritos más famosos.
Meteoritos Famosos.
§ Allan Hills 84001 - el
meteorito de Marte que se aclamó que probaba la existencia de vida en Marte.
§ Canyon Diablo – meteorito
metálico usado por los americanos nativos prehistóricos.
§ Campo del cielo - al igual que el
meteorito "Canyon Diablo", fue usado como arma por los nativos
americanos.
§ Nantan – meteorito metálico caído en china
durante el 1518.
§ Allende - meteorito caído en México el año 1969, unos meses
antes del alunizaje, por eso muchos científicos se interesaron en probar sus
técnicas de análisis en él para estar listos para analizar las muestras
lunares, en esos análisis, se descubrió que contenía carbono, uno de los
principales ingredientes de la vida, y descubrieron que tenía 30 millones de
años más que la tierra.
§ Cape York - uno de los meteoritos más grandes del
mundo.
§ Ensisheim - el meteorito más viejo cuya caída puede ser
fechada exactamente (al 7 de noviembre de 1492).
§ Hoba - el meteorito de mayor masa conocido.
§ Fukang es la pallasita más grande del
mundo con una masa de más de 1000 kg. El meteorito fue subastado
en Bonhams donde pidieron cerca de 3 millones de dólares. Al final no
lo vendieron.
§ Chaco - el segundo de mayor masa conocido
(fragmento del meteorito Campo del Cielo)
§ Kaidun - posiblemente originario de la luna
marciana Phobos.
§ Orgueil - fue objeto de una falsificación en 1965 que
implicó encajar una semilla adentro del meteorito.
§ Sayh al Uhaymir 169 - originario
de la Luna; cayó a la tierra como resultado de impactos de meteoritos en la
Luna.
§ Sikhote- Alin - acontecimiento de impactos masivos de meteoritos
metálicos que ocurrió el 12 de febrero de 1947.
§ Willamette - el meteorito más grande que se ha
encontrado en los Estados Unidos.
§ La Piedra Negra en la pared de la Kaaba en La
Meca se piensa que probablemente sea un meteorito.
§ Aparte de los meteoritos caídos sobre la Tierra, la roca apodada "Heat
Shield Rock" es un meteorito que fue encontrado en Marte, y dos
fragmentos minúsculos de asteroides fueron encontrados entre las muestras
recogidas en la Luna por la misión Apollo 12 en 1969 y por
el Apollo 15 en 1971.
§ Cráter de Chicxulub, en la península
de Yucatán, en México.
Meteorito de la Concepción
Clasificación:
holosiderita.
Peso: 3 toneladas 325 kg
Localidad: Hacienda de la Concepción. Allende,
Chih.
Meteorito de Chupaderos
Clasificación: holosiderita octaedrita fina. (Brecina).
Peso: 6
toneladas 766 kg.
Localidad:
Rancho de Chupaderos, Jiménez, Chih.
Meteorito de Zacatecas
Clasificación:
octaedrita holosiderita – brechosa. (Brecina).
Peso: 780
kg.
Localidad:
Zacatecas.
Meteorito de Charcas S. L. P.
Clasificación:
holosiderita.
Peso: 780
kg. 1 metro de altura.
1804 (año).
Museo de Historia Natural.
Meteorito de Chupaderos
Clasificación:
holosiderita octaedrita fina. (Brecina)
Peso: 14
toneladas 114 kg.
Localidad:
Rancho de Chupaderos. Jiménez, Chih.
El 21 de mayo de 2010 visité el Palacio
de Minería y ahora están los meteoritos con el nombre de Meteoritas y son
cuatro, antes eran cinco.
Meteorita de
Zacatecas. Clasificación según A. Brezina: holosiderita – octaedrita brechosa.
Peso 780 kilogramos. Localizada en Zacatecas.
Meteorita de
“Chupaderos”. Clasificación según A. Brezina y J. F. Lovering: holosiderita –
octaedrita fina a media. Peso: 14,114 kg. Localizada en Jiménez, Chihuahua.
Meteorita de “El
Morito”. Clasificación según A. Brezina: Holosiderita – octaedrita media. Peso:
10,100 kg. Localizada en el Morito, Allende, Chihuahua.
Meteorita de
“Chupaderos”. Clasificación según A. Brezina y J. F. Lovering: Octaedrita fina
a media. Peso: 8,767 kg. Localizada en Jiménez, Chihuahua.
También anote en mi libreta que los
meteoritos pueden tener los siguientes elementos: Fierro, níquel, cobalto,
silicio, magnesio, calcio, aluminio, cromo, azufre, fosforo, oxigeno, carbono,
hidrogeno, azogue, cloro, argón y helio.
Y los elementos que forman los compuestos orgánicos
son: Hidrogeno, sodio, magnesio, fosforo, carbono, azufre, cloro, nitrógeno,
oxigeno, potasio, calcio, yodo y cobre.
Guadalupe, Zac., 28 de Mayo de 2015.
[1]El Sr. Gregorio Rodríguez Ramos de la Estancia de Animas, Zac., con domicilio
en calle Ramón López Velarde Nº 10, dijo que oyó la explosión, y acto seguido
se oyó como salpicado de piedras, por lo que debieron ser varios los fragmentos de este bólido.
[2] La historia comienza a
principios de los años setenta, cuando un cohete
de la NASA, el Athena, al parecer perdió el control y fue a
caer en la región. De inmediato un equipo de especialistas estadounidenses
llegó para localizar el artefacto y contrataron algunos lugareños para ayudar a
peinar la zona. Curiosamente, a pesar de todos los recursos empleados,
incluyendo aviones, la búsqueda se prolongó por varias semanas. Finalmente,
localizado el cohete, se tendió un corto tramo de vía desde la estación de
Carrillo, para sacar los restos del aparato y, además, bajo el supuesto de que
estaban contaminadas con desechos radiactivos, se embarcaron varias toneladas
de tierra del área vecina al lugar del impacto. Las operaciones se realizaron
bajo un fuerte dispositivo de seguridad, de manera que ni los lugareños
pudieron ver los restos del cohete. Tanto misterio despertó sospechas y originó
rumores. (Esta información aparece en Internet).
[4] Notidiócesis. El periódico de los católicos
chihuahuenses. Nº Espacial. Número 864. Año 17. Domingo 22 de Noviembre de
1992. Director: Dizan Vázquez. Padre Maldonado. El Beato de Chihuahua.
[5] En la cedula del Museo dice: Meteorito de
Zacatecas. Clasificación: Holosiderita, Octaedrita brechosa (Breznia). Peso:
780 Kilogramos. Localidad: Estado de Zacatecas. Descubierto: En 1792. Llevado a
la Capital de la Republica por el Ing. Don Antonio del Castillo. (Vaciado hecho
en fibra de vidrio, del original que se encuentra en exhibición en el Palacio
de Minería, en la Ciudad de México).
[6] Tomado del Periódico “El
Observador”. Semanario chihuahuense sin ataduras. Chihuahua, México. Sunday 11 December 2011.
Written by Filiberto Ortiz. “Cumple Meteorito de Valle de Allende 115 años”.
[7] Antonio del Castillo dice en 1889: “Cayó en un lugar que se llama El Morito, a 4
kilómetros de la hacienda de San Gregorio, y el propietario (1600) Rafael de
Pastrana hizo que lo llevaran a la hacienda”. “El Sr. J. D. Koutts, de Parral, me escribe, contestando a mis
preguntas, y me dice que la masa fue llevada a la hacienda de San Gregorio hace
unos 130 o 140 años de un lugar llamado el Morito, que está a unas dos leguas
al este. Hace unos cuatro o cinco años, el propietario actual la hizo llevar del centro de la esquina de la
hacienda (que dista de aquel unos 70 pies), para que formara parte de la casa,
se necesitaron 50 hombres para trasportarla”. Museo Mexicano o Miscelánea
Pintoresca de Amenidades Curiosas e instructivas. Vis. México, 1843 45. Volumen
I, pág. 29.
[9] El meteorito gigante que cayó en Mazapil el 27 de noviembre de 1885, Octubre 9, de 2004. Por Jorge Cornejo. Publicado en Uncategorized. Ciro Robles Berúmen. Responsable del Observatorio José Árbol y Bonilla. www.imagenzac.com.mx. PortalZacatecas.com.
[10] Astronomía
Ilustrada de Smith: Dispuesta para el uso de las escuelas públicas o comunes de
los Estados Unidos. Ilustrada con numerosos diagramas originales. Por Asa
Smith, principal de la Escuela Publica N°12 de la ciudad de Nueva-York.
Traducida al español para que pueda servir de texto en las escuelas y academias
de la América española, por Demetrio Paredes, oficial e intérprete de la
legación de la Nueva Granada en los Estados Unidos. Nueva York: D.
Appleton y Compañía, 90, 92 & 94 Grand Street. 1868.
[11] Stawell Ball, Roberto. La Historia de los Cielos. Tratado popular de
Astronomía. Por Roberto Stawell de la
Sociedad Real de Londres, de la Sociedad Real Astronómica, Individuo Honorario
de la Sociedad Filosófica de Cambridge, Vicepresidente de la Real Academia
Irlandesa, Catedrático de Astronomía de la Universidad de Dublín, Astrónomo
Real de Irlanda. Traducido directamente del Ingles por Enrique Leopoldo de
Verneuil. Ilustrado con numerosos gravados y cromolitografías. Barcelona.
Establecimiento Tipográfico Editorial de Ramón Molinas. Plaza de Tetuán, Núm.
50. Sin Fecha. Escrito en 1885 y
publicado probablemente en 1887.Pags. 246-251. Este libro que aun
conservo en mi bibloteca pertenció a mi abuelo paterno, el Lic. don Jose G. del
Hoyo Raigosa, que fue coleccionista de rocas, minerales y fosiles, de donde
creo que obtuve la aficción a los minerales y fosiles, y de mi abuelo materno,
el gusto por la electricidad y otras cosas de la ciencia.
[12] Árbol y
Bonilla, José. Ingeniero. Cosmografía Elemental. Obra de Texto en el Instituto
de Ciencias del Estado de Zacatecas y Escuela Normal de Señoritas. Zacatecas.
Tip. de la Escuela de artes, a cargo de Mariano Mariscal. 1888. Págs. 238 a la
243.
[13]De Árbol y Bonilla la cita dice.- Véase la descripción que hice de esta caída de
estrellas errantes, y publicada en los anales de la Academia de ciencias de Nueva
York.- Vol. 4 Núm. 2.
[14] La Ciencia Recreativa. Publicación dedicada a los niños, y a las
clases trabajadoras, dirigida por el Ingeniero D. José Joaquín de Arriaga. Socio fundador y de número de la Sociedad
Mexicana de Historia Natural, residente de la Sociedad Humboldt y honorario de
la Sociedad de Geografía y Estadística. Primera Época. Introducción General. La
Primera Semilla. México. Imprenta de J. M. Aguilar Ortiz, 1ª calle de Santo
Domingo núm. 5. 1873. La Ciencia Recreativa. Física del Globo. Los Aerolitos.
Pág. 40. Tambien
este libro perteneció a mi abuelo el Lic. José G. del Hoyo Raigosa.
[15] En DVHG. 1. VIII, PP. 79
– 80. Y en BSMGE, 1ª Época, 1, X, 1863. Este último fue reimpreso después en el
año. Nuevo Periódico Semanario de Literatura, Ciencias y Variedades, México
1865. Parte de este artículo del Diccionario, fue citado por Ignacio Cornejo en
“Fierros meteóricos de México”. En Elías Trabulse, Historia de la ciencia en
México, Vol. IV, México, FCE-CONACYT, 1985, [N. G.]
[16] Agradezco
a mi amigo Guillermo Tovar de Teresa, Conde de Gustarredondo, el haberme
facilitado copia del testamento de mi antepasado don Francisco del Árbol y
Bonilla.
[17] Árbol y Bonilla. José. Director del Observatorio de Zacatecas. Gran
lluvia de estrellas errantes del 27 de noviembre de 1885. Tranolito prevenido
de esta lluvia, caído en Mazapil, Zacatecas, México. Es un fragmento del Cometa
Biela- Bericbte. Des Directors der-Sternwarte Zacatecas, prof.
An Henn Willian.
[18] José Burkart. Sus notas
de viajes son verdaderos estudios sobre la geología mexicana y aportan nuevos
datos mineralógicos y petrográficos a los proporcionados por Humboldt y
Geraldt, según nos dice Manuel Maldonado Koerdell en su texto “Naturalistas
extranjeros en México”. Nota sacada de
“México en el Diccionario Universal de Historia y Geografía”. Escrito por: Antonio P., Suner Llorens, Arturo Soberón.
[19] 745 Hidden (William Earl). Olí an iron meteorito tliat fall at Mazapil, México, during tbe display of "Bielid" meteors, No- vember 27th., 1885, with an ac- count of its fall, by l'rof. José A. y Bonilla, Director of tlie Zacatecas Observatory. — Annak Neio YorJc Ao. Se. Vol. IV. 2 pl. 746 On the Mazapil Meteoric-iron, which feíl November 27th. 1885. —Am .J. of Sc. 3d. s. XXXIII, 1887, p. 221-226. 747 Fierro meteórico de Mazapil, Zacatecas. — A^aí. 2» s. I, p. 389-391. 748 El Meteorito de Mazapil. Memoria del Prof. Estudio y Teoría del Ingeniero mexicano José
A. y Bonilla, Director del Observatorio de Zacatecas. — Bol. O. M.C. 1895, p. 92-96.
[20] Zacatecas. Anuario de Historia. 2. Centro de Investigaciones
Historicas. Universidad Autonoma de Zacatecas. págs. 12 y 13.
[21] Por esta línea llego a los fundadores de Zacatecas,
Guadalajara, y la Ciudad de México. Con las familias Zaldívar, Oñate, Tolosa,
Cortes y Moctezuma, una sorpresa más, cuando estaba estudiando la genealogía de
mi familia.
[22] Del Hoyo Calzada.
Bernardo. El Panteón de Dolores. Jerez, Zac. Impresora del Centro. Jerez, Zac.
1992. Mausoleo Cabrera. Pág. 19
[23] El Dr. D. Agustín José, está citado por José Mariano Beristaín
y Souza. Biblioteca Hispanoamericana Septentrional. Tomo 3. México 1981. Pág.
50. Natural del Obispado de Guadalajara, Catedrático de Latinidad, Elocuencia y Filosofía en el Seminario de
aquella Capital, Doctor Teólogo y Bachiller en ambos Derechos por la
Universidad de México, Rector en los Colegios de S. Gregorio y de Guadalupe,
Visitador del Arzobispado y Examinador Sinodal de este y de Guadalajara, cura
Párroco de S. Sebastián de Querétaro, y Catedrático allí de Teología del
Colegio de San Javier, Comisario de la Inquisición, Teólogo Consultor de Cuarto
Concilio Provincial Mexicano, Canónigo Magistral de la Catedral de Guadalajara.
(Escribió unos diez impresos).
Mi amigo Oscar Chávez de Aguascalientes me ha
pasado esta información: 1802, Agustín José Mariano vecino de la ciudad de
Santiago de Querétaro solicita ser admitido como familiar del Santo
Oficio. Natural de Jerez, bautizado allí el 18 de noviembre de 1738.
Padres Gregorio del Rio de la Loza Ortiz y
Cecilia García de la Cadena y Cueva, casados en 1725.
Abuelos paternos: Mateo Río de la
Loza Rivera y Agustina Ortiz de San Pedro Saucedo.
Abuelos Maternos Juan García de la Cadena y Trillo y María de la Cueva y
Ávila.
[24] Luis Antonio del Rio de la Loza y García de la Cadena.- Abogado de las
Audiencias de México y Guadalajara, Alférez Real y Regidor perpetuo de la Villa
de Jerez, dueño de Hacienda y vecino de Querétaro; hermanos Pbro. Dr. Vicente,
Pbro. Dr. Agustín y Francisca del Rio y Loza, monja en Guadalajara. Padres
Gregorio del Rio de la Loza, natural de la Villa de Jerez, ahí regidor perpetuo
decano. Cecilia García de la Cadena, natural de la Villa de Jerez; hacendada;
hermana Clemencia García de la Cadena madre del Bachiller Félix Rodríguez
Sáenz. Abuelos paternos: Mateo del Rio de la Loza, natural de la Jurisdicción
de Jerez; regidor perpetuo y alférez real de Jerez, dueño de la hacienda del
Mezquite, Matrimonio con Ana Ortiz de San Pedro, natural de la jurisdicción de
Jerez, testó el 4 de mayo de 1721 ante escribano José Carrillo Dávila de Jerez,
1726-1727 a los 114 años de edad. Abuelos maternos: Juan García de la Cadena y
María de la Cueva Carvajal (también Cueva Caravajal), natural de la
jurisdicción de Jerez. La segunda hermana de Salvadora de la Cueva Caravajal,
quien a su vez fue madre de los Presbíteros José Manuel y Pedro Lucio Figueroa.
Bisabuelos paternos, paternos: Felipe del Rio de la Loza, hijo de Mateo del Rio
de la Loza, regidor de Jerez quien recibió merced de tierras en 1754, y a su
vez hermano de Rodrigo del Rio de la Loza, caballero de Santiago y dueño de la
hacienda de Santa Catarina, cuyo retrato difunto y con blasón se halla en la
capilla de dicha propiedad. Bisabuelos paternos maternos: Pedro Ortiz de San
Pedro, alcalde ordinario de Jerez (1623), e Inés de Saucedo. El primero hijo de
otro Pedro Ortiz de San Pedro, alcalde ordinario de Jerez, (1600). Bisabuelos
Maternos paternos: nos los da, solo dice que era hermano de Lázaro García de la
Cadena, alcalde ordinario de Jerez a fines de los treinta del siglo XVIII.
Bisabuelos maternos, maternos: Diego de la Cueva Carvajal y Cecilia de Ávila.
Esta era del Capitán Juan de Ávila y de Agustina Gallegos, nieta materna de
Diego Gallegos, alférez real que proclamó al Rey Felipe IV en Jerez, y de
Francisca Cid Caldera, quien descendía del Capitán Miguel Caldera, Pacificador
de Charcas, San Luis, alcalde mayor de Jerez (1589) y Corregidor de
Tlaltenango. Aprobada: 17/1/1778 sin más trámites. Tomado del libro: Aspirantes
al Ilustre y Real Colegio de abogados de México: extractos de sus informaciones
de limpieza de sangre. (1760-1823), IV. From the Selected Works of Alejandro
Mayagoitia. Junuary 2000.
[25] Archivo Histórico del
Estado de Zacatecas. Fondo: Notarias. Notario: Miguel Alejo Ferrero. Año de
1805. Foja 96. Dice el Bachiller don Mariano Rio de la Loza que es hijo del
Lic. don Luis Rio de Loza y de doña Margarita Gil de Araguzo, (ya
difunta). Vende una finca perteneciente
a sus padres que se halla ubicada en este suelo llamada y conocida por el Pozo
de Treto, (en la Ciudad de Zacatecas). Ella debió de ser descendiente del
Corregidor de Zacatecas don José Gil de
Araguzo, en 1718. Cita del libro del Prof. Salvador Vidal. Miscelánea. Pág. 36.
Don Mariano murió en 1815, en la ciudad de México, probablemente don Mariano
del Rio y Loza nació en Zacatecas. En el año de 1820 se dice que es vecino de
la Ciudad de México. (Puede ser otro Mariano, o se esté refiriendo una propiedad que fue de él). Cita: AHAZ.
Fondo Notarias. Notario Pedro Sánchez de Santa Ana. Caja 9. año de 1820. foja
395.
[27] El padre Antonio Basilio Cabrera y Zaldívar Oñate, era
hijo de don Pedro del Rio y Loza, alias apellidado Cabrera. (por su padrastro
Juan José Cabrera).
[28] DE LA TORRE Berúmen Leonardo. Obra y
Genealogía del Dr. Rio de la Loza. En “Recopilando”, Gaceta Cultural. Instituto
Jerezano de Cultura. Edición 01. Número 008. Mes Agosto. Año 2006. Págs. 20 y
21.
[29] El Doctor Don Leopoldo del
Rio de la Loza nació en la ciudad de México en 1807 y murió en la misma ciudad
el año de 1876. Fue Ingeniero especializado
en la Química de México. Su padre Mariano del Rio de la Loza era dueño de una
pequeña fábrica de productos químicos. Murió en 1815. Y su madre en 1828. Don
Leopoldo se casó en 1827 con Magdalena Valderrama. Una calle de la Ciudad de
México lleva su Nombre.
[30] Vademecum. Amco Laboratorios,
S. A. Distribuidores exclusivos en la
República Mexicana de la Casa. Asta-Werke, A. C. Brackwede (Westf) Alemania. Año de 1963.
Págs. 73 y 74. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
[31] Schifter Aceves Liliana.
De la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco. Departamento de
Sistemas Biológicos. Calzada del Hueso 1100, col. Villa Quietud, México 04960,
D. F.
Buenas tardes. Una excelente descripción de los meteoritos caídos o encontrados en el Centro-Norte de México. Felicidades.
ResponderEliminarTengo, no menos de 50 meteoritos encontrados en uno de nuestros ríos.
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