El Meteorito de Mercado, Durango.
Por Bernardo del Hoyo Calzada.
Descubierto en el año de 1552 por Ginés
Vázquez del Mercado, el cerro de Mercado es una masa meteórica de casi dos
kilómetros de diámetro que se encuentra en la Ciudad de Durango, Dgo., cuando
la descubrió Ginés, se llevó el peor chasco de su vida, porque le habían dicho
que era una montaña de plata, pero, resultó que era de hierro y se le conocio
desde entonces como el “Cerro de Mercado”.
El Cerro de Mercado es una montaña de
hierro que por muchos años ha abastecido a Altos Hornos de Monterrey, y aún
tiene mineral de hierro magnético. Los geólogos del siglo XIX, pusieron en duda
lo que publicó el celebre prusiano Varon de Humboldt, de que el cerro era un
meteorito, la historia de este cerro ha sido ya publicada en varias ocaciones,
pero, en la mayoría desmienten a Humboldt, porque no les cabe en lo posible que
una masa meteórica de dos kilómetros de diametro haya impactado sobre la Tierra.
Cuando vi la página en internet del Impacto Meteórico de “El Perdido”, fui a la
laguna del Perdido, Santo Domingo, San Luis Potosí, y cerca de la laguna vi una
masa meteórica de cerca de 500 metros de diámetro, y como en la página de
internet el impacto estrelló la corteza terrestre, no había duda de que la mina
de manganeso y fierro era efectivamente un meteórito, y entonces ya pude decir
sin temor a equivocarme que el Cerro de Mercado es un meteórito. Para los que
no crean en esta afirmación, pueden ver en internet, en la página del Perdido,
y en el pueden ver que en Asia, en el Himalaya es un impacto meteórico, el mas
grande meteorito caído en la Tierra, su diámetro es de unos tres mil kilómetros,
igual que uno de la Luna. La masa del meteorito de Mercado salió a la
superficie con la erosión y así la vio Ginés Vázquez de Mercado, y cuando se
estudió por primera vez, la consideraron una masa meteórica, y nuevos geólogos
la declararon producto de un volcán.
Expongo en esta página parte de mi libro
sobre el Los Meteoritos de Zacatecas, porque el meteorito de Mercado esta ligado con el meteorito de
Zacatecas.
“Ferrería
de Durango.-
Destinado este artículo a dar idea de un establecimiento meramente industrial,
debía limitarse a fijar la época de su
fundación y a describir sus procedimientos mecánicos y sus oficinas,
concluyendo con una razón de sus gastos y productos; pero cuando el edificio
está ligado con otros objetos y recuerdos la imaginación traspasa los límites,
se lanza muchas veces aun fuera de este mundo material, y entonces las
carcomidas paredes tienen su idioma, y son una página histórica. Algo de esto
se encuentra en la Ferrería de Durango; no puede hablarse de ella sin mencionar
el Cerro Mercado, y este nos lleva en espíritu por los dilatados campos de la
historia, la geografía, la mineralogía y la crítica. Comencemos por la
historia.
El Cerro
Mercado.
Después que Cortés hubo
conquistado a México y sus cercanías disperso sus capitanes, que
sucesivamente tomaron posesión de Michoacán, Colima, Jalisco, &c. Una
expedición, partida de Acapulco, invadió la Californias, otras fundaron
poblaciones en Sonora, Sinaloa, penetraron aun en Nuevo – México, y asentaron
sus reales en la cañada donde hoy existe Zacatecas, sin que los habitantes
hubiesen conocido a los apóstoles de nuestra civilización. José de Angulo y
Cristóbal de Oñate fueron los únicos que pisaron su territorio, mas solamente
de paso y cuando volvían a su cuartel general, después de muchos años de
inútiles fatigas. Tanto, estos expedicionarios, como los que invadieron la
Sonora, propagaban mil especies maravillosas sobre la riqueza de los países que
habían recorrido, haciendo el principal papel en sus relaciones una montaña que
presentaba en su superficie el oro y la plata en estado natural.
El gobierno de la Nueva-Galicia (Jalisco) dio crédito a estas
noticias, y dispuso en el año de 1552 que Ginés Vázquez del Mercado saliera con
una división a conquistar el Valle de Guadiana (Durango), hacia el cual debía
encontrarse la Sierra de Oro. Muy mal recibió Mercado esta comisión, por estar
trabajando unas minas en Miravalles, más
consolase del contratiempo con la noticia que le dieron unos indios de la
sierra de Valparaíso; estos le aseguraron que en los llanos de Guadiana había
unos cerros de pura plata, y para darle una garantía de su veracidad se le
ofrecieron para servirle de guías.
“Puede
ser que los indios obrasen de buena fe, persuadidos de que todo cerro que tiene
algún metal fuese de plata, y que habiendo en Durango, cerros de metal
desconocido para ellos, creyesen fuesen de oro y plata; lo cierto es, que
Mercado, ciego de avaricia, dejando las minas que ya tenía en Tolotlán, salió
inmediatamente para Guadiana. Veía con desprecio los cerros minerales que
encontraba en el camino, preocupado todo de la idea de los cerros de oro y
plata que, desde el tránsito de los aventureros de la Florida, estaban
presentes en la memoria de los conquistadores de Jalisco. Después de algunos
días llegó Mercado con su ejército a los deseados llanos de Guadiana: hizo
noche no lejos de una sierra, y al amanecer supo que los indios guías de
Valparaíso se habían desaparecido: pero
observando la figura y color de los cerros que tenía a la vista, dijo a los
suyos: A buen tiempo se han ido nuestros guías, cuando tenemos a la vista el
país de nuestra ventura. Todos se alegraron con esta reflexión, y decían: «Esta es la riqueza por cuyo descubrimiento tanto
se han fatigado otros; este es el oro y plata que a costa de tanta sangre y
sacrificios mandó el virrey de Nueva-España buscar a Francisco Coronado». Llegando luego al cerro, conocieron que todo
era fierro, metal demasiado conocido de los españoles; y con chasco tan pesado,
perdieron los soldados la paciencia, y no quisieron dar un paso adelante.
Mercado cayó también de ánimo, y resolvió
volverse a Guadalajara a dar cuenta del mal logro de su expedición.
Hasta el día conserva aquel cerro el nombre de Mercado, y será un manantial de
riqueza, si se benefician los metales de varias clases que contienen.”
“Hizo la división su contra-marcha; y habiendo llegado a Saín, le
sucedió una aventura demasiado funesta. Cuando dormían todos los soldados profundamente,
los sorprendió un grueso trozo de indios, que venían acechándolos: mataron los
indios a dos soldados, hirieron a varios, y entre ellos a Ginés Vázquez del
Mercado. Con la herida que recibió este infeliz, la confusión del mal éxito de
su expedición, y las penurias de un
dilatado camino, se consumió en breves días, y antes de llegar a la capital,
donde murió en Juchipila. Allí se disolvió la tropa, y cada uno de los
españoles se fue por donde le pareció; solamente llegaron a Guadalajara los
encargados por Mercado de dar cuenta al gobierno de lo sucedido.” [1]
Este contratiempo no desalentó a los conquistadores, y en 1558, Martin
Pérez, alcalde mayor de Zacatecas, después de descubrir el Fresnillo y
Sombrerete, entró con una expedición hasta Nombre de Dios (quince leguas antes
de Durango), y en el mismo año, Francisco de Ibarra, con una división más
respetable, completo la conquista, avanzándola hasta Chihuahua. Ved aquí como
el Cerro de Mercado fue un principio de civilización para Durango: veamos ahora
las probabilidades que le presenta de prosperidad y grandeza.
Aquella montaña se eleva solitaria en medio de una inmensa llanura; su
forma singular, y su negro de azabache, que contrasta con la blancura de las
casas de la ciudad y con el verdor de sus alamedas y numerosas huertas, forman
un cuadro verdaderamente pintoresco. El Mercado dista muy poco de Durango, se
considera como una de sus partes
integrantes, y aunque en él no se encuentran fuentes, bosques, ni nada de lo
que contribuye a embellecer un paisaje, es sin embargo un punto que muchos
visitan, y que solamente disgusta cuando el sol del mediodía enciende aquella
masa de fierro.
El Cerro de
Mercado, Durango. (Ambas de Internet).
El Mercado ha hecho gran ruido en el mundo científico por su forma, su
naturaleza y su riqueza, dando lugar a suposiciones equivocadas, que hoy corren
como verdades, por la respetable categoría de sus autores. El justamente
celebre Barón de Humboldt dice: «En las inmediaciones de Durango
también se encuentra sola en la llanura, aquella enorme masa de hierro maleable
y de níquel, cuya composición es idéntica con la del aerolito que cayó en
Hraschina, cerca de Agranm, en Hungría, en 1751. El sabio director del tribunal
de Minería de México, D. Fausto Elhuyar, me ha facilitado muestras de aquel
hierro, que he depositado en diferentes gabinetes de Europa, cuya análisis han
publicado MM. Vauquelin y Klaporth. Se asegura que esta masa de Durango pesa
cerca de 1.900 miriágramas, que es cuatrocientas veces más que el aerolito que
descubrió Mr. Rubio de Celis en Olumpa, en el Tucuman. El distinguido
mineralogista M. Federico Sonneschmidt[2],
que recorrió mucha mayor parte del reino de México que yo, encontró también el año
de 1772, (sic) en lo interior de la Ciudad de Zacatecas, una masa de hierro
maleable, de peso de 97 miriágramas; masa que por
sus caracteres exteriores y físicos la juzgo enteramente análoga al hierro
maleable, descrito por el célebre Pallas.[3]»
He copiado
las palabras del ilustre viajero, para que se pueda formar una cabal idea de
las equivocaciones a que han dado lugar, y mejor se puedan estimar mis
observaciones. Bien sabido es que aquel no llegó hasta Durango, como lo
advierte el mismo, y que escribió sobre las noticias que se le ministraban; mas
fueron tan imperfectas, y los lo han copiado lo adulteraron de tal manera que
es un verdadero imposible conocer el Mercado, por lo que sobre él se describe
actualmente en Europa. En el Diccionario pintoresco de historia natural,
publicado por Mr. Guérin, se encuentra un artículo de Mr. Carlos de Orbigny
sobre los aerolitos, que dice así: - “Una masa de fierro nativo “meteórico, que
el ilustre Humboldt ha observado en la Nueva Vizcaya, parece que pesa cerca de cuarenta
mil libras.”- Mr. Balvi repite la misma especie, de una manera más positiva, en
su Diccionario de Geografía. Las equivocaciones han llegado hasta trasladar al
Mercado a 150 leguas de su lugar, según parece inferirse de unas palabras que
se encuentran en el Diccionario geográfico universal, publicado recientemente
por una sociedad de literatos españoles: en él se dice:- «A cinco tres cuartos
leguas S. Chihuahua, hay una montaña que contiene al parecer mucho imán.» Estas
indicaciones, excepto la distancia, solo pueden convenir al Mercado, donde el
imán se encuentra a cada paso. Inútil y
fastidioso seria repetir lo que tantos han dicho sobre esta materia; así es que
me limitaré a rectificar las equivocaciones en que se indujo al propagador de
ellas, recurriendo a la fuente que el mismo nos señala.
El ilustre
Barón asienta que el Mercado es una masa de hierro maleable y de níquel,
idéntica al aerolito de Hraschina; dice que el Sr. Elhuyar le facilitó algunas
muestras de aquel; y continuando su relación, añade que el distinguido
mineralogista Sonneschmidt, encontró también una masa de hierro maleable en
Zacatecas, con peso de 97 miriagramas[4].
Por este modo de hablar se ve que el Sr. Barón reputaba al Mercado como un
aerolito, o lo que es lo mismo, como una masa de fierro meteórico, y así parecen confirmarlo las siguientes palabras
que se encuentran en otra parte de su misma obra.
Fotografía del Cerro
de Mercado publicada en el libro “Los Mineros Mexicanos”, de Trinidad García.
En 1970. Tercera edición.
«A Mr.
Sonnechmidt es a quien debemos el conocimiento del hierro meteórico, que se
halla en muchos parajes de Nueva- España; por ejemplo, en Zacatecas, Charcas,
Durango, &.»[5]
Esta
suposición no puede conciliarse con lo que escribió seis líneas antes,
asentando que el Mercado contiene un enorme cumulo de minas de hierro pardo,
magnético y micáceo; y estas indicaciones destruyen necesariamente la idea
antes asentada, de ser el Mercado una masa de hierro maleable.
El escritor
extranjero que ve aliadas dos ideas tan distintas, y que encuentra una
comparación entre el Mercado y el aerolito de Tucumán, llevándose la exactitud
hasta asignarle un peso cuatrocientas veces mayor, concluye forzosamente, que o
el Mercado es una masa de fierro meteórico, como así lo asientan muchos, o que
él es diverso del prodigioso aerolito descrito por los viajeros: debe creer
también que ambas cosas existen en la llanura de Durango.
En estas equivocaciones han
incurrido ya positivamente los autores del Viaje pintoresco alrededor del mundo
y a las dos Américas. Ellos habían
recibido noticias muy exactas del Mercado y de la Ferrería, comunicadas por Mr.
Ward, que estuvo hace pocos años en Durango; mas como aquel viajero nada les
dijo ni podía decir del famoso aerolito, copiaron lo que sobre el habían leído
en el Barón de Humboldt, o en los que lo han seguido, añadiendo nuevas
inexactitudes. Dicen así después de hablar del Mercado:- «También en las
inmediaciones de Durango se encuentra sola en la llanura una masa enorme de
fierro maleable y de níquel, cuya composición es idéntica con el aerolito que
cayó en Hungría en 1751; se asegura que esta masa de Durango, pesa cerca de
1900 miriagramas, es decir, 400 miriagramas más que el aerolito de Olumpa.»-
Las palabras de esta relación son casi literalmente, las mismas que emplea en
la suya el Sr. Barón, con la muy notable diferencia que este da al supuesto
aerolito de Durango, un peso 400 veces mayor que al del Tucumán, y los autores del Viaje pintoresco dicen que el acceso es solo es solo de 400 miriagramas más. Así se van trasmitiendo los errores con nuevas adicciones, hasta llegar a ser imposible su corrección.
Dice el Sr.
Barón, que las muestras del hierro del Mercado que le facilitó el sr. Elhuyar,
dieron en su análisis un resultado idéntico al del aerolito de Hraschina; tal
circunstancia, me persuade que el error viene desde el Sr. Elhuyar, y que él
fue tal vez engañado por otro que le dio
muestras del aerolito descubierto en Zacatecas por Sonneschmidt, diciéndole
que eran del Mercado. Esta es la única suposición que me parece probable,
porque sería un verdadero absurdo el suponer que sabios tan distinguidos hubieran
equivocado el hierro meteórico de Zacatecas, con las piedras metálicas del
Mercado; esto raya en lo imposible.
El aerolito de
Zacatecas hizo mucho ruido en 1792, por la
procedencia prodigiosa que se le daba: Sonnenschmidt lo hizo conocer, y a él se
refiere el Sr. Barón sobre sus particulares; mas quiso la gracia que aun en
esto se equivocara, porque sus datos los fundó en carta anónima inserta en la
Gaceta de México de 3 de abril de 1792[1],
contra cuyo contenido protestó Sonnenschmidt, como puede verse en la de 4 de
Septiembre del mismo año.
En la primera se decía, que
el aerolito de Zacatecas era igual al descubierto por
Pallas en la
Siberia[1],
y así lo asienta el Sr. Barón; mas
Sonnenschmidt asegura en la suya (2), que es absolutamente diferente. Muy
difícil me parece resolver la cuestión, relativa al análisis del hierro
meteórico de que habla el Sr. Barón, porque podrá suceder que sus muestras del
aerolito de Zacatecas, o de cualesquiera otro de tantos que en aquel tiempo se
encontraban en esta ciudad; nuestro celebre padre Álzate, que tomó parte en
esta contienda literaria, da razón de varios en su Gaceta de 26 de Junio.
Mas sea de
esto lo que fuere, el hecho para mi cierto es, que las muestras dadas al
ilustre Barón, no lo fueron del Mercado; que por lo mismo no llegó ni aun a
formarse una idea de él; que los que después lo han seguido, adulteraron
conocidamente sus palabras y equivocaron al mundo entero; en suma, que cuando
con sus relaciones quieren presentar al Mercado como un fenómeno prodigioso,
aun rebajan infinito sus prodigios.[2]
El mercado no es un
aerolito, ni un cerro en que se encuentran vetas minerales; es una masa
compacta de fierro magnético, y lo que en nuestras ordenanzas de minas se llama
placer o rebosadero; masa extraordinaria que no tiene igual en el mundo.
Algunas de las personas que lo han examinado creen reconocer
en él una
erupción volcánica, y otros piensan que es el crestón de una montaña que
penetrara a una gran profundidad. La adjunta lámina lo representa cual aparece,
visto desde la ciudad, rumbo al Norte: hacia su parte oriental está cubierto de
una capa o manto de hidrato de fierro de muy poca ley, y en la dirección del
Norte, la proximidad del fierro ha convertido a la roca arcillosa, en piedra
arcillosa fosfórea, que aunque muy cargada de fierro y sumamente dócil para el
beneficio, produce un fierro inservible. El metal magnético forma el núcleo del
cerro, encontrándose en diferentes grados de oxidación, y brotando por todas
partes en crestones de 50 a 60 varas de ancho, e igual número de alto. Este
fenómeno metálico lleva consigo otro en su explotación, y es que no ha
necesitado hasta hoy de pólvora, ni de barra para trabajarlo, pues toda la
operación se reduce a rodar el metal del cerro, y a cargarlo en las carretas:
estas lo conducen por una llanura sin tropiezo y de bastante declive, hasta
llegar a la ferrería, que dista dos leguas del Mercado, quedando la ciudad
intermedia. Las carretas se descargan a la orilla occidental del rio, y el
metal se trasporta en botes a la opuesta en que están ubicadas las oficinas.
El Barón de
Humboldt da al Mercado un peso de 1.900 miliagramas (cosa de 413 quintales) que
aunque prodigioso en un aerolito, seria insignificante en un placer de fierro
magnético: el que nos ocupa es estupendo, ya se le considere por su
singularidad, ya por el influjo que podrá ejercerse sobre Durango, cuando abra
al mundo los inmensos tesoros que encierra. El Sr. Juan Bowring, empleado por
la compañía inglesa en el beneficio de las minas de Guadalupe y Calvo (a quien
debemos las curiosas noticias mineralógicas impresas recientemente en nuestros
diarios), en su tránsito por Durango el año de 1840, hizo un escrupuloso
reconocimiento del Mercado, y público en un periódico el artículo que copiare
literalmente para no privar a mis lectores de los abundantes y curiosos
pormenores que encierra. Dice así:
«Entre las riquezas
minerales de que ha sido tan prodiga la naturaleza en el territorio mexicano,
ningún deposito metálico es más digno de llamar la atención que el cerro de
Mercado, en las cercanías de Durango, que es el único de su clase en el mundo,
componiéndose en casi su totalidad de metal de fierro, que parece hallarse en
diferentes grados de oxidación, aunque por falta de los medios necesarios, no
lo he podido analizar. Este cerro extraordinario
tiene de
extensión sobre 1.900 varas de largo y 900 de ancho, elevándose hasta la altura
de 686 pies, sobre el nivel del llano en que está situada la ciudad. La
posición geográfica del crestón aislado al Oriente, es a los 24 grados 4
minutos de latitud boreal, 107 grados 29 minutos de longitud Occidental de
Paris.[1]
«Para tener
una idea de la riqueza inmensa de este fenómeno metálico, supongamos que el
cerro se hallaba en Inglaterra, que es el país que produce más fierro y en
donde se entiende mejor su beneficio. La gravedad específica del metal es de
291 1/3 libras, y con estos datos, fácilmente se puede calcular que el cerro
contiene cuando menos, 460 millones de toneladas inglesas de metal[2],
que por ensayo da de 70 a 75 por 100 de fierro puro; pero en vista de lo que se
pierde en la fabricación, que sea solamente el 50 por 100, y resulta que la
cantidad total del fierro contenido en la masa, es de 230 millones de
toneladas.
«La Gran
Bretaña produce anualmente 700 mil toneladas o 15 millones de quintales de
fierro, de un valor por la parte que menos, de 30 millones de pesos. Así se ve
que el cerro de Mercado solo, podría surtir de fierro a ese país por el espacio
de 330 años, y que en el trascurso de este tiempo produciría la cantidad de
9.900 millones de pesos, cantidad más de siete veces mayor que todo el oro y
plata acuñados desde 1690 hasta el de 1803.
Apenas puede uno tener una idea de esta suma enorme; pero ayudará la
imaginación con figurarse, que colocados estos 9.900 millones de pesos en fila,
se extenderían sobre una línea igual a más de nueve veces la circunferencia del
globo (que es de 7.200 leguas náuticas), o la distancia que hay entre la tierra
y la luna; y que puestos uno encima de otro, formarían una columna de 5.500
leguas de alto.
«Se pensara tal vez que estos cálculos son
exagerados, pero puedo asegurar que el contenido solido del cerro de Mercado no
es menor de lo que acabo de decir, y solamente considerando el metal que está
arriba de la superficie del llano de donde se tomaron las medidas; y como es
que probable que la masa del metal sigue hasta la mayor profundidad a donde
alcanzarían los mineros en caso de
necesidad, bien se puede decir que las riquezas de este cerro son inagotables,
y que solo falta para aprovecharse de ellas el expendio del fierro que
produciría.»
La imaginación se
pierde al calcular la influencia que este solo crestón podría ejercer sobre la
suerte toda de la república, si se explotasen activamente sus riquezas; la
explotación del Mercado no es de
aquellas empresas que están sujetas a la falibilidad de los cálculos; él se
manifiesta todo entero a la vista, tal cual es, y por donde quiera que lo
examine el observador, encuentra que no desmiente su ser. Si de él pasamos a
echar una ojeada sobre cuanto lo rodea, encontramos que está ubicado en el
centro de abundantes y ricos minerales de oro y plata y que puede proveer
fácilmente a los de Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas y Guanajuato; que con un
costo muy alto se puede abrir un camino carretero hasta Mazatlán y exportarlo
por el Pacifico; que estando situado a la falda de la Sierra-Madre, cuenta con
bosques inmensos para el consumo del carbón y tiene, en fin, un rio de
bastantes aguas permanentes para hacer mover todas sus máquinas. En las inmediaciones de Durango y en otros
puntos de su territorio se manifiestan a la superficie muchas vetas de carbón
de piedra que hasta hoy no ha sido necesario explotar. He aquí un campo inmenso
abierto a la especulación y a la industria; he aquí una expectativa de
resultados infalibles, pues como antes dije, no está sujeta a los cálculos
inciertos que presentan todas las otras empresas minerales; he aquí en fin, lo
que es realmente el Cerro Mercado. J. F. R.” [3]
En este trabajo de
investigación J. F. R. nos dice que el Varón de Humboldt, su nombre completo
Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt[4],
confundió las muestras, porque para él es imposible que el Cerro de Mercado
fuera producto de un impacto meteórico, y ahora presento los meteoritos que
fueron analizados o que mando analizar el dicho Varón de Humboldt, en pocas
palabras quisieron desacreditarlo. Y así todavía dicen los científicos que el
mercado es producto de un antiguo volcán, que la masa de dos kilómetros es roca
volcánica, y no meteórica. Ahora las cosas han cambiado y yo le doy la razón a
Humboldt por la sencilla razón de que, sí es meteórico y no volcánico. En
Google earth se puede apreciar que la ciudad de Durango
está asentada en un inmenso valle que está en un antiguo cráter desaparecido y
erosionado a través de los millones de
años, y el cerro de Mercado está justo
en el centro del cráter. Y estas afirmaciones solo se podrá comprobar una vez
que se agote y el cerro de Mercado y se comprueba que no existe más metal
debajo de la superficie. Tanto que le
han dado a afirmar que:
“Algunas de
las personas que lo han examinado creen reconocer en él una erupción volcánica,
y otros piensan que es el crestón de una montaña que penetrara a una gran
profundidad”.
Los meteoritos
mencionados anteriormente el de Pallas y el de Hraschina son los siguientes:
Peter Simón Pallas.
Y el Meteorito de Pallas, que dijo Humboldt que era idéntico al meteorito de
Zacatecas (en su composición química). (Fotos de Internet).
1751. Foto de
Internet.
Alexander Freiherr
von Humboldt.
Entre 1804 y 1827 se estableció en París, donde se dedicó a la recopilación,
ordenación y publicación del material recogido en su expedición, contenido todo
él en treinta volúmenes que llevan por título Viaje a las regiones
equinocciales del Nuevo Continente. (De Internet).
Cráter de Durango,
hoy desaparecido, prácticamente todo Durango está asentado en un antiguo y
extinto cráter, y al centro el famoso Cerro de Mercado. El cráter puede tener
un diámetro de 36 a 37 kilómetros. Acercamiento del Cerro del Mercado, donde se
aprecia una masa meteórica de grandes dimensiones y corresponde al centro del
cráter.
Otro acercamiento
del Cerro de Mercado con un diámetro de 2 kilómetros aproximadamente. Y Foto
antigua del Cerro del Mercado, Durango.
El Cerro de Mercado
no pudo ser producto de un volcán, y por todos los hallazgos de más de 100 o
200 cráteres meteóricos que últimamente se han encontrado, y que la ciencia ha
demostrado el origen de la tierra, y la gran cantidad de grandes impactos que
cayeron sobre la tierra como el de Chicxulub, que cayó hace unos 65 millones de
años y que acabó con los dinosaurios, bien puede aceptarse la teoría de que el
Cerro de Mercado es producto de un impacto meteórico.
Aun en internet
podemos encontrar que todavía siguen diciendo acerca del origen del Cerro de
Mercado que no es impacto meteórico:
“El Cerro de Mercado ha estado lleno de misterios y
leyendas desde su descubrimiento, entre las más conocidas tenemos la del “Toro
Dorado” que una vez allá por los setentas amenazó con salir, algunos periódicos
dieron hora y fecha del suceso, (nos quedamos esperando) y otra que se le
atribuye al explorador que por cierto nunca vino a Durango el célebre Barón
Alexander Von Humboldt quien en algún momento de aburrimiento o lucidez dijo
que el “Cerro” era un gigantesco meteorito de fierro, pero claro que no es
cierto.”
“Por el lado más científico coinciden varios
estudiosos en que el “Cerro” es un afloramiento de magma compuesto por enormes
cuerpos de óxidos de fierro magnético pero como todo tiene dos lados, otros
investigadores, le dan un
origen hidrotermal, una controversia que hasta la
fecha siguen ganando algo de terreno los del magma, pero sin definir.” [1]
Yo
creo que declarar al Cerro de Mercado como un “Impacto Meteórico”, se
solucionarían muchos problemas. Aun mas con los más de veinte cráteres que encontré
por el Google Earth y que están ya publicados en esta pagina de los Meteoritos
de Zacatecas.
Últimamente ha
aparecido en el Internet un extraordinario hallazgo meteórico, se trata del
impacto del Perdido, S. L. P. es una mole de hierro y manganeso de unos 500
metros de diámetro que impacto en la tierra hace millones de años, esta
información la pueden ver en meteoric impact el perdido, este fabulo impacto astillo la corteza
terrestre, y además dio a la formación de la Sierra Madre Oriental. Está publicado
por la NASA, y con esta información me apoyo para sustentar que el cerro de
Mercado es un impacto meteórico, la masa meteórica de las más grandes del mundo
hasta ahora localizada.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Meteorito en las inmediaciones del Cerro de Mercado, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Meteorito en las inmediaciones del Cerro de Mercado, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Panorámica del Cerro de Mercado, Dgo, o el meteorito "de Mercado". Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Minerales de Durango. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Meteoritos del Cerro de Mercado, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Meteoritos del Cerro de Mercado, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Martitas del Cerro de Mercado, Durango, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Museo de Durango, fierro meteórico de Xiquipilco, Distrito de Yxtlahuaca, México. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Museo de Durango, en la ficha dice: Falsos meteoritos de la Zona del Silencio, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Museo de Durango, Dgo. Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Meteorito del Cerro de Mercado, Dgo. Museo de Durango. (en la ficha dice Martita). Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada. 26 de diciembre de 2013.
Fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
[1] Esta longitud está determinada por la observación de
un eclipse del primer satélite de Júpiter, en 27 de Marzo del presente año; si
hay en ella algún error, no puede ser de importancia.
[3] El Museo Mexicano.- Tomo 1. Pág.
28. Aparece también en: Apéndice al Diccionario Universal de Historia y de Geografía. Tomo II.
Colección de Artículos relativos a la República Mexicana. Recogidos y coordinados por el Lic. D. Manuel
Orosco Y Berra. Tomo II, IX de la obra. México. Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante. Calle de Cadena
número 11. 1856. Pág. 334 a la 340.
[4]Nació en Berlín, Alemania, el 14 de septiembre
de 1769, murió el 6 de mayo de 1859. Mejor conocido en español como Alejandro
Humboldt, fue un geógrafo, naturalista y
explorador alemán, hermano menor del lingüista y ministro Wilhelm von
Humboldt.
Es considerado el "Padre
de la Geografía Moderna Universal". Fue un naturalista de una
polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición.
Los viajes de exploración le llevaron de Europa a América del Sur, parte del
actual territorio de México, EE.UU., Canarias, y a Asia Central. Se especializó
en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, antropología, física,
zoología, ornitología, climatología, oceanografía, astronomía, geografía,
geología, geología, mineralogía, botánica, vulcanología y el humanismo.
[1] Pallas.- Una masa de alrededor de 700
kg se detectó en
1749 a unos 145 kilómetros al sur
de Krasnoyarsk. Fue visto por
Posdata Pallas en
1772 y luego en sus órdenes de transporte
a San Petersburgo. Krasnojarsk fue el meteorito palasito
primera que se ha encontrado y estudiado y dar lugar a la creación del grupo Pallasite
el nombre de Palas. También fue el primer meteorito jamás grabado con ácido (por G. Thomson) y por
lo tanto, fue el primero en
mostrar a los ojos humanos el
patrón Widmanstätten. La masa
principal de 515 kg se encuentra ahora en Moscú, en la Academia de Ciencias.
En
1772, Pallas se enteró de que se había descubierto un trozo de metal de 700 kg
encontrado cerca de la ciudad de Krasnoiarsk. Pallas dispuso su transporte
hasta San Petersburgo. El análisis posterior del metal mostró que se trataba de
un nuevo tipo de meteorito de hierro. Este nuevo tipo de meteoritos se conoce
desde entonces como Pallasita, mientras que el meteorito en concreto se llama Krasnoyarsk
o a veces Hierro de Pallas (el nombre se lo dio Ernst Chladni en 1794).
[2] Según los cálculos del Sr. Barón, el supuesto aerolito
de Durango, debía pesar cerca de 42,000 libras, y quitar su reputación al que
se encuentra en Santiago del Estero, al N. O. de Buenos –Aires, que pesa
30.000, y es considerado el mayor del mundo.
[1] “Ha parecido oportuno en obsequio de los físicos y
naturalistas, manifestar al público, que en la antigua calle de Santo Domingo
de esta ciudad, se hallaba de inmemorial tiempo una piedra, enterrada la mitad,
que por su solidez, titulaban con el objetivo de piedra de fierro; sin haberse
podido averiguar su origen ni clase, más por una vulgar tradición de que fue de
plata, extraída de la famosa mina de la Quebradilla, siendo esta de uno de los
primeros pobladores, y conducida a la puerta de su casa, con el designio de
ofrecerla a Dios en alguna imagen de sus santos; el cual, mudando después de
parecer, trato de dividirla con cuñas, y resistiéndose a esta operación, le
aplicó dos fraguas al intento, según todo se percibe por las concavidades que demuestra por una de las superficies.
Venciendo la resistencia a la industria, abandono la empresa, y la fijo en el
ramblado de su morada, donde permaneció, hasta que habiéndola visto D. Federico
Sonnenschmidt, comisionado por su majestad para el laborío de minas en este
reino, la reconoció, asegurando ser de acero nativo, y de mucho aprecio por lo
raro, y por lo tanto, digna de la
soberanía. En tal concepto, la extrajo y condujo a su casa el primer diputado
de esta minería, D. Fermín Antonio de Apecechea, donde el 9 del corriente, a
presencia del expresado comisionado y otros muchos, la hizo pesar en siete
romanas y cabria que formo; y se halló tenia cabalmente dos mil libras.
Esta es la casa en que vivió
don Fermín Antonio de Apecechea, y donde estuvo en el ramblado o ramblazo de la
casa que vio Sonneschmidt. Calle de Santo Domingo, ahora Av. Guerrero o calle
de Arriba. Nota: aquí se puede observar en la esquina de la casa donde baja el
callejón de Tenorio, el sitio donde estuvo el famoso meteorito de Zacatecas.
Fotografía, Colección: Josefina y Concepción
Ruiseco Sánchez.
Ramblado.- debió de decir Ramblazo.- ramblazo o ramblizo.- Sitio por donde corren las aguas de turbiones
y avenidas.
Vistaestereoscopica
de las calles de Abajo y de Arriba, antiguamente se llamaban: Calle de Arriba
de Santo Domingo y Calle de abajo de Santo Domingo, cuando estava el convento
dominico donde ahora es San Juan de Dios, ahora se llaman Calle de Arriba (de
San Juan de Dios) ó Av. Guerrero, y Calle de Abajo (de San Juan de Dios) ó Victor
Rosales. Por aquí pasaba el Camino Real (México a Santa Fe de Nuevo México), y
el meteorito era muy visto por los viajeros.
Fotografía estereoscópica de la casa de don Fermín
Antonio de Apecechea donde en la esquina donde aparece el Sr., sentado en la
banqueta, debajo del pilar de cantera se encontraba el meteorito de Zacatecas.
Colección: Arq. Rafael Saucedo.
“Continuando su
reconocimiento, se le encontró en un ángulo una diminuta cisura, de donde a
punta de barra, se le pudieron sacar con gran dificultad, unas pequeñas
porciones, de las cuales tomo parte el comisionado y para el diputado
referidos, para hacer los experimentos químicos correspondientes, de que ha
resultado que a ninguno cede sino al del ácido nitroso que la disuelve
enteramente; y que no se tiene noticia que la clase de esta piedra se halle en
todo el reino, ni en los civilizados, sino es una que hizo conducir a su
gabinete de la gran Siberia, la emperatriz de la Rusia”.
“Su irregular figura longio-estagona, contiene
aquel peso en poco más de seis cuartas castellanas de largo, poco menos de
ancho, y en algo más de una de alto, y en parte menos por la concavidades
referidas; y según manifiesta su superficie, parece que en ningún tiempo estuvo
aligada a otro cuerpo de su superficie.”[1]
(2).- Muy Sr. Mío:
En la Gaceta núm. 7 de 3 de Abril del corriente año, publicó V. una descripción
de la mole de fierro nativo que se halla en esta ciudad, en la que indicó
serian mías las observaciones, poco exactas, y algunas enteramente falsas, que
se refieren en ella, lo que dio motivo al Br. D. José Antonio Álzate a dirigir
contra mí en sus Gacetas de literatura de 15 y 29 de mayo, las objeciones y
reparos que le ocurrieron sobre aquella noticia.
V. que sabe quién se
la dirigió, no puede ignorar que no fui su autor; y lejos de serlo, luego que
la vi en la Gaceta, censuré a presencia de algunos sujetos de esta ciudad, los
muchos defectos que se le notan; y aunque quise desde entonces manifestar al público
la poca exactitud de aquel avis, y el ningún fundamento con que me atribuía,
sin reducir a practicar este pensamiento, se me ha pasado el tiempo en espera
de ciertos ácidos, de que aquí se carece enteramente, para hacer algunos
experimentos y operaciones químicas, que me hubieran puesto en estado de
dirigir a V. una instrucción completa de nuestra gran mole; pero ya que por
ahora no puedo formarla, a lo menos haré una corta relación de lo poco que he
podido observar de ella, para que sirva insertarla en su Gaceta, con el nombre
del sujeto que le comunico la primera noticia (si lo tuviere a bien), no solo
para que sepa el autor de la Gaceta de literatura contra quien ha de dirigir
sus operaciones y reparos, sino para desengaño del público, y para vindicar mi
honor, injustamente agraviado.
La grande mole de
fierro nativo que se halla en esta ciudad, se compone, según las muestras
cortadas, en parte de fierro, en parte de acero, lo que casi es lo mismo,
porque el acero no es otra cosa que una modificación del fierro. La fractura de
las partes que más se parecen al fierro, es algo laminosa, y la de las que se
parecen al acero granulosa, y su color un gris de acero, que se aproxima la
color de la plata pura. Batido sobre frio cuando esta medianamente caldeado, es
maleable; pero frágil cuando la calda ha sido algo fuerte. Su pesadez
especifica tomando la del agua por mil, varía según mis experimentos
hidrostáticos, ejecutados con varias muestras desde 7,200 hasta 7,625. El peso
absoluto de dicha mole, pesada en siete romanas y una cabria, es de 1,900
libras no cabales; y aunque el autor de la Gaceta de literatura nada nos enseña
de nuevo cuando dice que este modo de pesar es muy falible, le respondemos, que
ya no sea enteramente exacto, es a lo menos una aproximación a la verdad. Yo
nunca he dicho que el peso hallado sea el verdadero; pero sí que la mayor mole
y más considerable que la de la Siberia. La naturaleza de ésta, hallada por el
Sr. Pallas, de que he visto muestras en varias colecciones de Europa, es muy
diferente de la nuestra. Aquella está llena de concavidades, que contiene
crysolita, fósil, que acompaña frecuentemente a las producciones volcánicas, de
que puede presumirse que debe su origen a algún volcán; pero la nuestra, según
lo que se ha reconocido hasta ahora, es muy maciza, y no está mezclada con
ningún otro fósil.
Sobre el origen de
esta no se ha podido averiguar nada cierto, y a ninguno de los sujetos que yo
conozco en esta ciudad ha parecido que las cavidades que presenta en la
superficie, deban su origen al fuego de las fraguas, como se asegura en la
noticia de la Gaceta. También se dice en ella, que solo cede al acido nitroso;
pero no es así, porque, porque sede a
otros muchos ácidos, como todo metal de fierro. El nitroso le disuelve, dejando
un sedimento muy corto, que he reconocido no ser de oro, pero falta saber lo
que es, y si tiene alguna otra mezcla de sustancia mineral. En lo demás el
hallazgo solo servirá para confirmar que el fierro nativo de este reino (si es
que todo descubrimiento merece legítimamente este nombre) es más abundante de
lo que se pensaba; pero aun sin contar con esto, serían muy pocos o ningunos
los europeos inteligentes que duden de su existencia, porque se ha encontrado,
aunque en pequeñas porciones, en algunas minas Sajonias, acompañado de guija y
de otras sustancias minerales, y también se asegura por muy cierto que en el
Senegal se hallan masas considerables de fierro nativo de tan buena calidad,
que los moros labran de él varios utensilios, y otros menesteres, y los
químicos y mineralogistas que antes dudaban mucho de su existencia, a mi
partida de la Europa quedaban bien convencidos de ella. Dispense V. esta
molestia y mande V. – Federico Sonnenschmidt. Zacatecas, Julio 24 de 1792.
(Gaceta citada pág. 155.) [1]
[1] Historia
breve de la conquista de los Estados independientes del imperio mexicano, por
Francisco Frejes, lib.- 4.- Conquista de Durango y Chihuahua.
No cabe duda que la siguiente afirmación fue el resultado de un estudio muy profundo, serio, y científico para llegar a la siguiente determinación;
ResponderEliminar"Cuando vi la página en internet del Impacto Meteórico de “El Perdido”, fui a la laguna del Perdido, Santo Domingo, San Luis Potosí, y cerca de la laguna vi una masa meteórica de cerca de 500 metros de diámetro, y como en la página de internet el impacto estrelló la corteza terrestre, no había duda de que la mina de manganeso y fierro era efectivamente un meteórito, y entonces ya pude decir sin temor a equivocarme que el Cerro de Mercado es un meteórito".
Seguramente Bernardo del Hoyo Calzada debe tener el respaldo de una educación universitara que lo acredite como experto en la materia para hacer tales deducciones con solo ver en "una página de internet" que el impacto del meteorito estrelló la corteza terrestre y entonces ya no hubo duda alguna de que la mina era un meteprito por lo tanto, el Cerro de Mercado es un meteorito.
Ajá...y la tierra es plana porque asi la vi en la hoja de un libro que estuve leyendo en la primaria.